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Nos nublamos

Sonia Prudente López


Nos nublamos
y hasta la suerte de los enfermos
es mejor que las de los perdidos.

Para humedecernos, 
cada vez que la respiración nos falte
Esa respiración que con  la soledad
Nos acapara como puta de cantina
entonces 
-Todo cae entre nuestras piernas-.

La abuela Matilde

Dalthon Pineda
Dalthon Pineda

A Tonita y Daniel, 
que tanto gustan de mis cuentos

La diabetes se devora en añicos a mi abuela Matilde. Ella dice entre bromas que su enfermedad cabrona prefiere comerse primero los dedos de los pies y le deja los de las manos para todavía poder desgranar la mazorca.

La Carambada: ¿asesina de Benito Juárez?

Juan Manuel López Alegría

“Tocóme la fortuna de haberme sentado a la derecha del Presidente de la República, a quien procuré atender con galantería, no sin depositar furtivamente en su copa el fatal dedalillo que debería conducirlo al sepulcro. Me pareció que ninguno de los comensales me vio vaciar el tóxico en la copa del Presidente”.

Esas palabras las pone Joel Verdeja Sousse (después será Soussa) en boca de Oliveria del Pozo, personaje principal de su libro La Carambada. Realidad mexicana  (Editorial Polis. 1941), y con ello comienza el mito de que Benito Juárez murió envenenado con “veintiunilla”, la yerba que mata a los 21 día de ingerida.