Uno de los dones más grandes del ser humano es el conocimiento. Dichosa la persona que tiene oportunidad de aprender nuevos saberes. Pero más dichosa es todavía si su preparación va de la mano de la mejora de su comunidad.
Tal es el caso de las cuatro mujeres de Cachimbo que se armaron de valor para trasladarse al otro lado del mundo para aprender los secretos de la energía solar. Ellas volverán pronto para poner en práctica lo que aprendieron y, sobre todo, para tratar de ayudar al pueblo en que nacieron.