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Documento original. Fotografía: Gubidxa Guerrero |
Gubidxa Guerrero
Se ha hablado en algunas ocasiones de la rebelión de 1850-1853 que comenzó en el pueblo de Juchitán un 14 de abril, y que significó el principal dolor de cabeza de Benito Juárez García, entonces Gobernador del Estado de Oaxaca. He mencionado que el trasfondo de dicha rebelión —la más grande del Istmo de Tehuantepec en los dos últimos siglos— era la defensa de los recursos naturales, terrenos y salinas, por parte de los pueblos zapotecas.
Sin embargo, hay aspectos poco conocidos, como que esta rebelión, que dejó cientos de muertos, pudo haberse evitado si los funcionarios públicos hubiesen actuado con cordura. En lugar de entender las razones de los juchitecos, quienes apelaban al diálogo, el gobierno pretendió amedrentarlos con amenazas de cárcel, lo que provocó una guerra que terminó cuando los binnizá de diferentes pueblos tomaron la ciudad de Oaxaca en febrero de 1853.
Hoy presentaré un documento inédito firmado por
José Gregorio Meléndez el 8 de abril de 1850; es decir, una semana antes del inicio de la insurrección. En él veremos la buena voluntad de este personaje porque los asuntos se resolvieran pacíficamente, actitud que sería respondida con agresiones y el
intento de asesinato. Lo anterior cambió por completo el rumbo de los acontecimientos, pues Meléndez pasó de ser intermediario a líder del movimiento armado: