Gubidxa Guerrero
Macario Matus fue un hombre excepcional, descaradamente extraordinario. ¿Y cómo no iba serlo quien demostró que el arte no sólo nace, sino que se construye y se crea?
Mucho se ha dicho de su faceta de poeta, cuentista, periodista, crítico, erotómano Pero a nosotros nos gustaría recordarlo en su papel de formador, de transformador de la realidad artística de nuestro pueblo; pues Macario sembró y Juchitán cosecha los frutos del huerto cultivado por él.
A muchos, el tiempo los vence, las desilusiones los derrotan. Pero a Macario ni los años, ni las decepciones, ni el cansancio lo sometieron. Macario empecinadamente creyó: en la capacidad, en el esfuerzo, en los nuevos valores, en los jóvenes... ¿Cuánta gente que tuvo oportunidad de sobresalir, de trascender, se olvidó de los que vienen? Sin embargo Macario, hasta al final de sus días, siguió revisando textos, aconsejando y animando.