Honor a quien Honor merece. Durante las primeras ocasiones en que los vimos organizar y realizar con excelencia diversos eventos, nos sorprendió observar cómo estos jóvenes actuaban con madurez extraordinaria y una sensibilidad que denotaba su preocupación por Juchitán. No hubo necesidad de que pasara mucho tiempo para constatar que son unos gigantes de pensamientos claros, de inteligencias privilegiadas y de convicciones firmes; valores que les dan la distinción de personajes ejemplares para toda la juventud del mundo. Quien dude de esta apreciación, puede juzgar lo que el Comité ha hecho y sigue haciendo por el pueblo y por los que en él habitamos. Cuando sus ejemplos de trabajo sean imitados por otros jóvenes, entonces Juchitán tendrá esperanzas de ser rescatada. Y más vale que empiecen pronto, antes de que se destruya la civilidad.
Por Abel Toledo Gómez
Cualquier intento que pretenda cambiar el estado incorrecto de las cosas, o corregir la descomposición que los seres humanos han provocado en la sociedad, será vano esfuerzo si no nace de la reflexión, la imperante necesidad de que los propios hombres y mujeres que conforman dicha comunidad acepten cambiar su manera de pensar y, consecuentemente, su manera de actuar. En otras palabras, que acepten y se convenzan de que la forma de vida no es la deseada para el presente ni, mucho menos, para el futuro, y que dichas condiciones inaceptables son derivadas de las decisiones y acciones equivocadas en el pasado.