A finales de septiembre del presente año, el Comité Melendre propuso al Ayuntamiento de Juchitán la implementación del Programa Integral de Seguridad y Convivencia Vecinal (PISCV), diseñado por dicha organización comunitaria como resultado de la labor de once años de trabajo cultural y social en diversas poblaciones zapotecas, así como de la experiencia reciente impulsando el modelo de "juntas vecinales".
En lugar de aceptar la propuesta de la sociedad civil, el Municipio optó por esquivarla, demostrando falta de sensibilidad política para atender el problema de la inseguridad, que se ha convertido en una de las exigencias más importantes de la ciudadanía. Además, pretendió remedar el proyecto de forma burda, retomándolo casi íntegramente, pero sin reconocer a sus impulsores.