Alfonso Carballo
A los hijos
de nuestros hijos.
Por supuesto.
Dices, Esteban,
«Toda palabra nace del silencio».
Yo os digo:
y si no termina uno por concentrarse nunca?
Ayer, estuve leyendo un libro,
y me topé con las palabras tuyas
desentrañando la piel de tu pueblo.