UNA PLÁTICA CON SU REPRESENTANTE
Gracias a la intensa labor que la Asociación Civil Bidii Na’ Binni Li’dxu’ realiza en Pro de la Cultura y la Sociedad, tanto en la Ciudad de México como en diferentes poblaciones del Istmo, así como a las interrogantes que han surgido respecto éste grupo, es por lo que nos atrevimos a indagar. Fue de este modo que las dudas iniciales culminaron en la siguiente entrevista, que el compañero Abraham Toledo, nos permitió realizarle:
ISTMO AUTÓNOMO: Abraham, sabemos de Biddi Naa Binni Li’dxu’ por las diferentes actividades que han realizado y por otras tantas en que han tenido destacada participación. Pero dinos, ¿cuándo y en qué condiciones surgen?
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Soid Pastrana |
ABRAHAM TOLEDO: Primeramente, nosotros vemos la luz en el año de 1995, como respuesta, y por qué no, consecuencia, de los hechos violentos ocurridos en el vecino Estado de Chiapas a principios de 1994. También determinó nuestro ánimo la devastación dejada a su paso por las inundaciones en el Istmo.
I. A.: ¿Por qué “Tiende la mano a tu gente”?
A. T.: Porque en ese nombre quisimos representar nuestra manera de ver la vida. Como vez, nuestra aparición era un reclamo de la sociedad, debido a los fuertes cambios por los que ella atravesaba; y era a la sociedad –cultura, arte, economía, y todo lo que la significa– a la que dirigiríamos nuestro mensaje y actividades. Con ese término intentamos vincular nuestro presente al pasado, reivindicar los valores perdidos aún cobijados en esta visión colectiva de la comunidad.
I. A.: Ya me dijiste cuando nacen, y qué filosofía los guía. Ahora cuéntanos acerca de sus comienzos, de los primeros pasos de Bidii Na' Binni Li’dxu’.
A. T.: Nuestro trabajo lo iniciamos con una valoración a todas las poblaciones marginadas, y con el establecimiento de contactos. Esto era necesario a causa de la resistencia natural de los pobladores ya que desde siempre han sido utilizados por los diferentes caciques políticos. En eso andábamos cuando nos llega el huracán Paulina en el 97, y tuvimos que recorrer casi toda la costa para verificar físicamente el nivel del desastre. Conocimos a los sectores más golpeados, desde comunidades enteras, hasta niños marginados. Ver a los infantes en aquellas condiciones hizo que echáramos a andar un programa de becas escolares por tres años, en Santa Rosa de Lima, para quince menores. Esto, cabe recalcar, financiado por amigos radicados en el Distrito Federal, que se hicieron cargo de cada menor. Independientemente de las becas, a la población se le apoyó año tras año por medio de pláticas –sobre higiene y salud mental, prevención de enfermedades de transmisión sexual, prevención del fenómeno “niño de la calle” –, actividades de verano y útiles escolares.