LOS PARIENTES ANTECESORES ZAPOTECAS[1]
Gabriel López Chiñas
En Juchitán oímos desde niños la leyenda Vinnigulasa[2]. Leyenda saturada de misterios, que llena de temor a
nuestro tierno corazón. Y más que a veces, en las calles arenosas, o en los
húmedos paredones de los ríos, aparecen a nuestro paso los terrosos idolillos
que llevan dicho nombre y a quienes se atribuye el origen de la raza.
A los zapotecas les ha
preocupado la aparición de estos ídolos y han elaborado, para explicarlos,
diversas interpretaciones de acuerdo con los distintos significados que la
palabra vinnigulasa ofrece, según se alargue o se acorte el sonido.
Despojado de todo análisis
filológico, vinnigulasa es el nombre de los ídolos y de los objetos de
barro o de piedra que brotan de la tierra zapoteca y que hablan de pobladores
autóctonos, poseedores de una magnífica cultura.
Sometido a estudio
lingüístico, se obtiene del vocablo un racimo exquisito de acepciones, que
engendran, cada una de ellas, una versión sobre los vinnigulasa.
Se entiende este desacuerdo
si se sabe que la tradición zapoteca es tradición oral. El paso de la leyenda
sobre tantas imaginaciones, a través de largas centurias, la ha llenado de
matices. La flexibilidad misma del zapoteco permite al vocablo piruetas que
originan conceptos distintos, pero igualmente válidos.
Vinnigulasa, se dice, son los
zapotecas de una lejana antigüedad (Vinni,
gente; gula, antigua) que, nacidos del primer ensayo del
Creador, eran desproporcionados, feos, sin sentimientos de piedad y obediencia.
Su dureza de corazón les hizo insensibles a las amenazas de la Naturaleza , y se
ocuparon más en destruirse unos a otros, que a vivir unidos para ayudarse. Un
día la ira de Dios se hizo fuego sobre ellos y les petrificó para siempre.
Escuchamos más allá: Vinnigulasa significa
gentes que se dispersaron mutuamente (Vinni, gente, gulaa, roto,
disperso; saa, entre sí). Recogida la noticia de labios de los dioses,
que hombres nuevos vendrían sobre el mar, camino del sol, a conquistar los
reinos de esta tierra, los zapotecas, impotentes ante el destino, pero orgullosos
de su grandeza, decidieron huir de los poblados, después de romper los trastos
del hogar. Y la dispersión los alejó en distintas direcciones. Otros muchos,
reunidos, danzaron cantando la monótona plegaria que los niños zapotecas
repiten todavía:
Vídzadza, vidzadza, ¡ju!
bisaba nisa, bisaba guiee,
bisaba nanda, bisaba yuu,
ca Vinnigulasa ma chee.
Vidzadza, vidzadza ¡ju!
Se implora al cielo
—concebido como una coladera— la destrucción de la tierra: ¡Oh! Coladera,
coladera — desprende agua, desprende piedras, — desprende frío, desprende
tierra, — los "Vinnigulasa" se van — ¡Oh! Coladera, coladera.
El contenido de este
lamento, y el acto de romper los trastos del hogar en los matrimonios
zapotecas, al fluir de las notas de Medíuxiga,[3]
dieron raíces a la interpretación de Andrés Henestrosa sobre los Vinnigulasa: "Gula, prolongada la
'a' de tal manera que imite lamento, significa roto, disperso, separado. Con la
sílaba 'saa', connotando uno
de otro tendríamos gente que se dispersó o que se separó una de otra. Pero
'saa' es también música, danza, fiesta. Y tal vez la primera separación
fue después de oir música y de haber danzado. En tiempo pasado es tan correcto
decir 'gulaasaa' como decir 'gundaasaa'..." "Y
los Vinnigulasa trotando, con la danza enredada en los pies, cantaron; y
cuando la música cansada de seguirlos se borró en el aire, los que la producían
se echaron de cabeza a las aguas religiosas de los ríos Atoyac y Tehuantepec; y
los ríos ondularon con ellos hasta convertirlos en peces o en trastos a unos; y
otros se mantuvieron hombres y en el fondo de las aguas habitan hasta hoy y
construyen esos juguetes que los ríos, camino del mar, abandonan cuando
enfurecidos superan sus cauces".
También se cuenta que Vínnigulasa
quiere decir gente antigua engendrada de las nubes (Vinni, gente; gula,
antigua; zaa, nube). Una tarde abierta de luz, el cielo
se cuajó en iris. Y cuando la primera estrella aproximó la noche, las nubes se
precipitaron a la tierra, hasta entonces desierta, en forma de pájaros
primorosos. La mañana siguiente los zapotecas levantaban las primeras chozas.
La verticalidad del
zapoteca ante el dolor y la alegría, ha movido a pensar que Vinnigulasa significa:
hombres brotados de raíz de árbol (vinni, gente; guu, raíz;
laasa, elástico).
Pero vi en zapoteco
es viento, aire, aliento. Y la arcilla del hombre se animó con un soplo de
Dios, que quedó en él con el nombre de aliento. Los zapotecas todos, dicen
quienes tal piensan, se animaron por un solo soplo divino, fundamento de su
esplendoroso poderío. La aparición de los hombres blancos, untados de acero,
cuyo triunfo preconizaron los oráculos indígenas, levantó en remolino el suave
aliento de los zapotecas, hasta disgregarlo en distintas direcciones. Roto el
aliento, se dispersaron los hombres. Vinnigulasa es aliento que se
dividió: Vi, aire, aliento; ni, que; gulaasaa, se partió,
se dividió.
Excepto la primera, todas
las noticias de la tradición manifiestan la excelencia de los Vinnigulasa. De
aquí que penetre alguna vez en nuestros oídos, sin apoyo en la voz generadora,
esta última versión: Vinnigulasa eran los sacerdotes zapotecas que
sabían del secreto del cielo con sus joyas y de la tierra con sus energías.
Conocían la virtud medicinal de las plantas que prolongan la vida de los
hombres; así como de su mortífero veneno. Con el nombre de Vinniguenda —gentes ligeras— construían en
una sola noche, sin ser vistos, los más suntuosos edificios. Yudu-roo[4]
de Juchitán uno de ellos.
Eran los Vinnigulasa poderosos
guerreros. La vida de la comunidad dependía de sus vigilias y de sus sacrificios.
Leída la conquista de los
blancos en el temblor de los astros, el canto incierto de las aves y el
silencio profundo de los dioses, los Vinnigulasa se mudaron unos en
toros salvajes, otros en tigres; los demás andan la tierra en forma de leones y
lagartos. En este estado protegen mediante emanación de fluidos, a los hombres
de hoy con el nombre de Guenda. La vida de un zapoteca va enlazada a la
de un Guenda errante.
Se cree también que uno de
los misterios de los Vinnigulasa fue, desde siempre, que, cubiertos de
vejez, se transformaran en culebras, cerdos, monos, al influjo de una oración.
Estos animales a cuyos destinos se atan los de los niños nacidos en el momento
de la conversión, son los Guenda.[5]
Guenda es también acción,
fuerza creadora: guinda-navani,
la vida brotada de la acción: guenda-guti, la muerte nacida de la
acción; guenda-viani, la
inteligencia, como luz emanada de la acción (guenda, acción; viani, luz).
Se explica ahora que el animal de cuya vida depende la del hombre se llame Guenda.
Primero la acción; luego lo que por ella fue hecho.
De día o de noche, un
zapoteca que se encuentra a otro en los caminos del pueblo, en los caminos del
monte, suelta esta frase: sicaruu guyee, bichi — que te vaya bien, hermano. Expresión sincera, robustamente sentida.
En las fiestas de Juchítán,
donde toda fiesta es expresión de trabajo —hracadziña—, apenas se percibe la presencia de
alguien que llega a cooperar con su óbolo para el trabajo, se grita:
"¡Pariente!" Esto hace pensar que la palabra castellana vino en
sustitución de la palabra zapoteca: ¡Lisaa!, con igual significado, que
lanzaban seguramente los antiguos zapotecas en sus actividades. Nadie que
conozca las costumbres zapotecas, aun las de hoy, ignora que el trabajo
trascendental lo realizan en común. El vecino que se mueve a levantar una casa,
consumar un matrimonio, celebrar una vela, dispone de los esfuerzos de todos
los vecinos. El padre Gay en su Historia
de Oaxaca, habla de este aspecto de la vida zapoteca con el nombre de Guelaguetza, que Wilfrido C. Cruz
interpreta como Guendalisaa (parentesco) del Istmo.
Una fase del matrimonio zapoteca
es uguna lisa: hacer oir el parentesco. Fase esencialmente religiosa,
heredada de los primeros tiempos. Y no se trata, como pudiera entenderse, de
hacer oir el parentesco que se establece entre los familiares de los
desposados; sino de recordar el parentesco que une a la gran familia zapoteca.
Con estas bases de índole
social, formulo una nueva interpretación de los Vinnigulasa: gentes sentidas de
parentesco, que si no entrega el significado exacto del vocablo, enseña al
investigador que trabajamos el tesoro que se nos legó.
Filológicamente se llega a
igual conclusión. Vinnigulasa es composición de tres elementos: Vinni,
gente; gulla, maduro, fuerte; lisaa, parentesco; gente que maduró,
fortaleció, el parentesco. Gentes que llevaron la solidaridad humana hasta el
parentesco.
En la composición, el
último elemento perdió por aféresis su primera sílaba. Y esto, siguiendo la
regla de las voces compuestas zapotecas: cuando las sílabas que se encuentran
en la composición (la última del primer elemento y la primera del segundo) son
análogas, pierde su primera sílaba el segundo elemento. Ejemplos: vinni
nahuati, las sílabas encontradas son: ni, última sílaba del primer
elemento, y na, primera sílaba del segundo elemento; desaparece ésta y
se forma el compuesto: vinnihuati, tonto; beenda decheguude, sílabas encontradas, da, última
del primer elemento, y de,
primera del segundo elemento; desaparece ésta y resulta: beendacheguude;
vinni nadzaba dan vinnidzaba, demonio.
De igual manera se estructuró Vinnigulasa; la sílaba li, primera del segundo elemento: lisaa,
desapareció ante la presencia de su análoga la, última sílaba del primer elemento: gul-la.
Mis antepasados tuvieron
razón de sentirse parientes; sólo así se logra el espíritu único que hermana a
los hombres y realiza milagros. No de otra manera se reunieron como Vinni-birii
—gentes numerosas como hormigas— para trabajar el Yudu-roo de Xavizende[6]
(Templo Mayor de Juchitán).
Siga bajo las enramadas
oyéndose la voz de los ancianos: "¡Pariente!"
[1] Tomado de Vinnigulasa, Cuentos
de Juchitán, Gabriel López Chiñas, Universidad Nacional Autónoma de México,
México, D. F., 1960.
[2] Apegándonos fielmente a la versión original, respetamos la ortografía
con que el autor escribe los diferentes términos en lengua zapoteca. Nota de Guidxizá Las notas siguientes son del
autor.
[3] Mediuxiga: Son que se toca en las enramadas de los matrimonios, una sola vez, al
atardecer. Durante su ejecución, la desposada recibe en una vasija que sostiene
entre las manos, los óbolos espontáneos de los bailadores, quienes, poseídos de
mágica euforia, rompen al compás de la danza trastos nuevos.
[4] Yudu-roo: Templo mayor, Yudu: templo; roo: grande, mayor.
[5] De
aquí resulta posible identificar al Guenda de una persona, con sólo
observar su detalle característico. Si duerme hasta horas muy avanzadas de la
mañana, o si es trasnochadora, se dice que su Guenda es el mapache o Gana,
animal que duerme durante el día y aprovecha la noche para sus correrías.
Si la persona es brava, tiene por Guenda al tigre o Bedze. Si es
golosa, el lagarto o Béñe es su Guenda.
[6] Xavizende: Sinónimo de Juchitán, cuyo patrono es San Vicente Ferrer. Tal vez Xavizende
es zapotequización de San Vicente.
Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos, suplemento cultural del Comité Melendre, publicado en EL SUR, diario independiente del Istmo. Año I, N° 51, Dom 14/Jul/2013. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente. Publicado originalmente en la Revista Guidxizá, Año III / Nº 11, Enero-Marzo de 2007.