El buen Santi

Ilustración de Roberto Peralta
Ricardo Amadeus Morquecho Toledo

El tiempo se le iba, entre discursos mentales e imágenes violentas de un pasado a su lado, donde la súplica tomaba forma de miseria y su indiferencia de verdugo. El tiempo no le perdonaba los flagelos y desorientaba cada parte de su conciencia. Y es que él estaba desesperado, cansado y mermado de inquietudes que se presentaban como figuras y texturas. Él no olvidaba ni un momento su presencia; ese dulce aliento y esas tardes memorables. Parecía que su vida caducaba y la lucidez era evidente; se le notaba a lo lejos lo moribundo y ojeroso de pensar. Nadie sabía qué tenía.

Lo veía salir de su casa, desde temprano, cuando que me despertaba para ir a la escuela primaria. Cada vez se le veía más delgado y en algunas noches se escuchaba sollozando entre paredes y luces de ciudad. Nunca fui su amigo y mucho menos me había tomado el atrevimiento de hablarle, pero se veía tan mal que daban ganas de darle consuelo. Claro que yo, siendo un joven, desconocía muchos de los dolores de la vida (me habían dado golpes en la cara y pisotones al jugar a la pelota, pero una herida del alma era desconocida para mí hasta ese entonces).

“Canciones del pueblo y la ciudad”, recital de Ricardo Amadeus


Gubidxa Guerrero | *Algunos videos del evento se encuentran en la parte inferior del artículo.

El viernes 10 de abril de 2015, por la noche, se realizó un recital de música en el Centro Cultural Herón Ríos. Dicha actividad artística se enmarca en lo que ha sido la tradición de escritores, músicos y pintores zapotecas desde hace aproximadamente ochenta años.

Ricardo Amadeus y la trova zapoteca que viene


Diana Manzo

JUCHITÁN.- Siempre será motivo de alegría y orgullo que las nuevas generaciones traigan la vena artística arraigada como otrora nuestros antepasados binnigula'sa'. Macario Matus ya lo decía: “En Juchitán o son pintores, poetas o músicos”. 

Los géneros literarios en diidxazá o la posibilidad de una retórica zapoteca

DATO.- 
Víctor de la Cruz fue uno de los más destacados pensadores binnizá. Doctor en Estudios Mesoamericanos y Profesor-Investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). En 1968 fundó, junto con Macario Matus, la revista Neza Cubi, y posteriormente fundó y dirigió la célebre Guchachi’ reza. Autor de libros de historia, poesía y narrativa. En 1994 se hizo merecedor del Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas, y en 2012 pasó a formar parte de la Academia Mexicana de la Lengua. Falleció en 2015

Artículo publicado en la Revista Guidxizá número 10, correspondiente al período Octubre-Diciembre de 2006, tomado a la vez de Políticas lingüísticas en México, Beatriz Garza Cuarón (coord.), La Jornada ediciones, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades / UNAM.

Montebello en Tehuantepec

Ilustración de Manuel Cabrera
que acompañó la publicación de este poema.
Víctor de la Cruz

Yo pensaba que tus ojos eran azules,
y sólo son negros como la noche
o del color que tú quieras pintarlos,
cuando miras,
como si fueran recuerdos
de los lagos de Montebello.
En los atardeceres furtivos
bebería la miel que destila el día
en la cuenca de tus ojos
si no estuvieran prohibidos,
la miel y entrar a Montebello.