Ta Darío Flores Pantaleón, maestro pirotécnico

Ta Darío Flores Pantaleón

Existen en Salina Cruz muchas historias vivientes; personajes que dan identidad y reafirman el carácter multiétnico y pluricultural de este importante puerto del Pacífico mexicano.

El pueblo chontal tiene innegable presencia en la ciudad antedicha, habitada también por huaves, zoques y zapotecas, así como por personas de origen chino, inglés, alemán, libanés y de tantas otras nacionalidades e idiomas.

En Santa María Candelaria, Distrito de San Carlos Yautepec, está enterrado el ombligo del señor Darío Flores Pantaleón, abuelo nacido el 19 de diciembre de 1935, hijo de Juan Flores y de Juliana Pantaleón, hablantes de chontal, una de las lenguas del antiguo reino de Tehuantepec.  

Ta Darío es cohetero, como popularmente se dice al maestro pirotécnico. Y uno de los mejores del país, según el reconocimiento del Concurso de la Cuarta Feria Nacional de la Pirotecnia, organizado por el gobierno del Estado de México y el Ayuntamiento de Tultepec, "capital de la pirotecnia", en el que ocupó un dignísimo quinto lugar entre participantes de toda la República mexicana y Centroamérica. 


De Santa María Candelaria partió siendo niño, a finales de los años cuarenta. Su familia se trasladó a San Pedro Huamelula, donde residían unos parientes. Cohetero también, el padre de Ta Darío fue quien le enseñó el oficio y lo llevó a conocer pueblos y ciudades circunvecinas. Salina Cruz, Huilotepec y Santiago Astata fueron algunas de las poblaciones que frecuentó, donde su padre "ya había quemado castillos". 

Noveno programa radiofónico del año: Irma Pineda, invitada

 
 Juquila A. Ramos Muñoz

El programa radiofónico del Comité Autonomista Zapoteca "Che Gorio Melendre" Nuestros Pueblos, Nuestra Historia, correspondiente al período que va del 11 al 17 de marzo de 2013, tiene para ustedes un interesante contenido.

Como tema de la semana Gubidxa Guerrero nos platica acerca de la vida y obra de José Gregorio Meléndez, líder zapoteca que luchó por defender nuestros derechos ancestrales, conmemorando el 220 aniversario de su natalicio. 

En la cabina nos acompaña la poeta que ha llevado el idioma zapoteca a diversos rincones del mundo: Irma Pineda, quien conversa sobre sus inicios en las letras, su trayectoria y proyectos.    

En la música tenemos a Víctor Robles, la Orquesta Reina de Ixtaltepec y Mario López.

Lade yoo

 
Existen en la vida diferentes espacios: algunos abiertos a todo público, otros para la intimidad familiar, hay espacios exclusivos para los amigos más cercanos y hay otros particularmente diseñados para los amores, espacios especialmente construidos para él o ella, rincones con la magia de la penumbra, la calidez que siempre invita a la cercanía física, a hacer de los cuerpos amorosos templos, a hacer de una boca depositaria de toda la pasión que despiertan sus manos o la tibieza de su piel, sobre la cual es siempre placentero hacer amplios recorridos de norte a sur. ¡Ah! el sur…
 
Ilustración: Gregorio Guerrero
Pero entre todos esos espacios, existe uno sobre el cual la mayoría de los seres procuramos discreción y que a mí, sin embargo, me trae especiales recuerdos de los días de mi infancia cuando el Baño era una palabra casi ausente, puesto que quienes integrábamos la camada de niños de la Séptima Sección y particularmente del Callejón de los Pescadores, preferíamos alimentar la tierra en ese breve espacio que antes existía entre las casas de ladrillo y tejas, el Lade yoo, lugar que en el día servía como ruta de evacuación, proceso seguido por el presto servicio de limpieza porcina, que devoraba cualquier sustancia emanada de nuestros infantiles traseros; y por la noche se convertía en el sitio favorito de adolescentes y jóvenes, que en la oscuridad del Lade yoo protegían sus escarceos amorosos de la severa mirada de las matronas.
 

Gue'la' Be'ñe'

GUE’LA’  BE’ÑE’

Irma Pineda

Jesús Urbieta
Ruxhale lua’ neza ridi’di’ guiigu’
ribee lú xilase:
Ni guca’ bacheza’ binni huala’dxi’
neza ra bixuuba’ be’ñe’
naca yanna ti neza bidxi.

Ruuna’ ladxidua’ ti nutale nisa guiigu’
xisi guendaruuna’ naxí nga laa
ngué runi ruyubica’ ruaa nisadó’
ra cuezadxí xquendaruxhooñe’ nisaca’
ne güineca’ gunaa benda xtiidxa’ be’ñe’
naduxhu’ ne sicarú pe’
ca be’ñe’ ni bichibi jñaa dxi guca xcuidi
ne gudxite ndaani’ guiigu’ gue’la’ be’ñe’.


Ca yoo xquidxilu’ napaca’ lu | Las casas de tu pueblo tienen ojos

CA YOO XQUIDXILU' NAPACA' LU

Irma Pineda

Ca yoo xquidxilu’ napaca’ lu
cuyubica yuxi nisado’
cayuyadxica’ gubidxa
cadi cuzaani íqueca’
cadi cutiee guichaiquie dexa ca’
dié nayaase, naxiñá ne na té
Tuunga nabeza xa’na’ íque yoo na té ne naguchi ca ya?
Tulaa ndaani’ ca yoo nacahui ca?

Ilustración: Manuel Cabrera
Neza ca dani riniti 
tobiluchasi neza rihuiini ndaani’ guidxi
tisi ndi nga ni ribee binni
ruaa nisado’
Guidxi nacahuigá
ni cului’si ti ruaa
dié naxiñá

Paraa zé xrinibe?
Xquendadxido’be nga bichibi
bi’cu’ la?
Nipe’ ti xcuidi canazá lu guidxi
ni gubaana cadi canachesabí íque yoo
Ca manihuiinica laaca zié ca’...



Convidado en la palabra

Víctor Fuentes

Para Irma Pineda

Tejedora de la palabra como las sabias mujeres zapotecas; ellas, las bordadoras de flores, hilanderas de guie’ chaachi, mujeres que echan la mano al horno para deleitarnos con su guiso, quizás un pescado orneado, o muchos totopos. 

Es una línea tan frágil la que vibra entre lo que escribe Irma Pineda y lo que sucede en las acrobáticas manos de esta nuestras mujeres. Al girar el totopo, como trompo al aire, sabias remojan la mano al meterla  al horno, y quizás la aguda visión para ensartar el hilo a la cabeza de la aguja, así la filigrana de la palabra de esta poeta za, se va entretejiendo en este gozo meticuloso tan ancestral, mano y cuerpo y espíritu.   

Xquendariguite xcuidi / Juego de niños

Xquendariguite xcuidi

Irma Pineda


Ni icaa  Héctor Yodo, ni gudxiteniá’ dxi guca’ xcuidi

Pa naa ñanda nibidxe xquendariguitenu la?
nibidxe guirá manihuiini’ ni gúcanu
ne ñabe laaca
nipápaca jmá luguiá’
ti guiruti’ ñanda nutaaguna’ xpacaandanu.
Laca nibidxe pisu bladu’
ti ndaanica nido’no gueta beñe
ne nide’nu dxuladi biibi ni biahuiné ti yaana
laga nuunu cugabanu bichihuana.

Pa ñanda nibidxe xquendariguítenu la?
nibidxe nisaguié
ti ndaani’ beñe nixuubanu
ne ñu’ndanu sti tiru
cayaba nisa guié
cagaa bendabua’
zeeda ca ti nguiiu
bia’ ri’ guicha rua’

Ne tidisi nisa que la?
gucui’dxinu ladi pancha yaga
ne tindenenu laa ti rasi xhata’
ti naa binigola binni nabé rasi
riré za xquenda, ne mala si ndi’ guibigueta
ma bicachicabe ladi ra guleza.

Pa nibidxe xquendariguitenu la?
zándaca ma’ qui nunda’nu guié uragu’
ne ma’ qui nuze’quenu yanni berelele
xisi la? niguibarunu ique yoo
nunda’nu mistu’
ti ñu’yasinu
pa riabaruca lu ñeeca’.





Juego de niños

Irma Pineda


A Héctor Yodo, por los sueños compartidos

Si pudiera convocar a nuestros juegos de niños
llamaría a todas las aves que un día fuimos
les diría
que volaran más alto para que nadie
atrapara nuestros sueños.
Invitaría también al piso-plato
para comer en él tortillas de barro
y beber chocolate de jojoba batido con un olote
mientras contamos nuestro dinero fragmento de platos rotos.

Si pudiera convocar a nuestros juegos
llamaría a la lluvia
para nadar en ríos de lodo y volver a cantar
está lloviendo
y se pescan camarones
en eso viene un hombre
y es larga su barba.

Y una vez que se marche el agua
secar a nuestra muñeca de palo
y reprenderla porque es largo su sueño
pues dicen los abuelos
que en los sueños prologados
se va el espíritu de paseo y un día puede volver
cuando el cuerpo haya sido enterrado.

Si convocara a nuestros juegos
quizá ya no apedrearíamos salamandras
ni le torceríamos el cuello a los alcaravanes
aunque seguramente,
volveríamos a lanzar gatos desde la azotea
tan sólo para probar
que siguen cayendo de pie.

(Texto publicado en Istmo Autónomo, hoy Revista Guidxizá, Año I / Nº 4, Enero-Febrero de 2005).


[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos, suplemento cultural del Comité Melendre, Año I, N° 12, Dom 14/Oct/2012. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]

El Comité Autonomista Zapoteca "Che Gorio Melendre". La construcción del proyecto étnico de los retornados

Patricia Rea Ángeles*

El tema de los movimientos sociales y la acción colectiva siguen siendo de gran relevancia debido a que estos hablan de la transformación de las sociedades, de los intereses, preocupaciones y aspiraciones políticas de los grupos, de las relaciones de poder que construyen los actores sociales entre sí y con el Estado, así como de las formas de reivindicación identitaria de los colectivos. Hoy en día encontramos muchas conceptualizaciones y polémicas en torno a la definición de los movimientos sociales y la acción colectiva. Jorge Alonso comenta que en los esfuerzos por teorizarlos se pueden identificar dos grandes tendencias: “la que privilegia los sistemas sociales, por un lado, y la que destaca los sujetos sociales, por otro” (Alonso, 1999: 9). En su artículo :“Teorizaciones sobre los movimientos sociales”, dicho autor, hace una minuciosa descripción de los movimientos sociales; desde las vertientes parsonianas esmeradas en describir la acción sin los actores sociales; las construcciones toureanas cuyo argumento central es que los movimientos sociales son acciones conflictivas de agentes de clases sociales que luchan por el control de un sistema de acción histórico; las exhortaciones de Alberto Melucci a no confundir los movimientos sociales con otras acciones colectivas y quien constató que la acción colectiva se había ido separando cada vez más de la forma política común a los movimientos de oposición tradicional y que se encaminaba en los países altamente industrializados hacia el campo cultural; hasta las afirmaciones de Giddens quien dice que los objetivos de los nuevos movimientos sociales son dispares y a veces contrapuestos entre sí, haciendo un llamado a pensarlos de manera relacional como espacios donde se expresan y cristalizan identidades colectivas, como construcciones simbólicas (Alonso, 1999). Son muchos los autores que han tratado de descifrar los por qué y para qué de la movilización colectiva. En todos los casos lo que resulta importante para este estudio no es analizar los movimientos sociales que los zapotecas construyen en la era actual, sino centrar el análisis en las acciones colectivas contemporáneas que son resultado de una lucha histórica de larga data. Este es el caso del Comité Autonomista Zapoteca "Che Gorio Melendre",37 organización étnico-política, integrada por hombres y mujeres, en su mayoría estudiantes y profesionistas, escolarizados en la ciudades de Oaxaca y México, que han logrado cristalizar los intereses, sociales y culturales, de una gran parte de la sociedad zapoteca y constituirse como una alternativa al poder hegemónico en el Istmo de Tehuantepec. El comité se autodefine de la siguiente manera:

Vigesimoséptimo programa: calendarios zapotecas prehispánicos



Cada semana tenemos una nueva noticia qué darles. En ésta, se unen dos radiodifusoras a la transmisión de Nuestros Pueblos, Nuestra Historia.

Xquenda Radio, se suma a las frecuencias que difunden la hora de la Nación Zapoteca. Todos los habitantes de Guidxiguié’ (Juchitán), podrán escucharnos los sábados de 8 a 9 de la mañana, por el 106.9 de F.M. Pocas semanas antes hizo lo propio Estéreo Manantial, por el 103.5  de FM, desde San Agustín Etla, Valles Centrales de la Nación Zapoteca, quienes nos sintonizarán ese mismo día, pero de 11 a 12 del día.

Esta semana, en el programa número veintisiete, platicamos de cómo nos fue en el Ciclo de Cine ‘Por las capillas del sur’; puesto que concluyó el jueves pasado en la capilla Miércoles Santo-Panteón Viejo, en la Sexta Sección de Juchitán. 

Los zapotecas somos de origen milenario, con conocimientos especializados en la cerámica, la arquitectura y, uno en especial, los calendarios. De esto último nos platicó el compañero etnohistoriador Gubidxa Guerrero. El funcionamiento de los calendarios zapotecas prehispánicos nos fue explicado de una manera sencilla, con la finalidad que todos comprendamos la importancia de los conocimientos adquiridos por los antiguos binnigula’sa’, de lo que poco sabemos.  

En la cápsula de la Revista Guidxizá, la poeta Irma Pineda nos obsequió palabras de su autoría, con Xquenda riguite xcuidi (Juegos de niños), relatándonos las travesuras de la infancia.

Nuestros Pueblos, Nuestra Historia necesita de música, por eso pudimos bailar con el foxtrot 2 y 2 son 22, en la ejecución de Los Auténticos del Güero Meño, del autor Jesús Chu Rasgado. Con dedicatoria para los amigos que nos sintonizaron en Ixtepec, escuchamos El Chino Vicente, en voz de María Luisa Leyto. Recordando al cantautor César López, Los Pergaminos entonaron Amira. El zapoteca serrano, Jaime Luna, cantó Conquista liberación, tema suyo. 

Si no tuvieron oportunidad de escucharnos en su estación favorita, los invitamos a descargar el programa número veintisiete en: http://www.poderato.com/comitemelendre1 o desde iTunes: https://itunes.apple.com/mx/podcast/nuestros-pueblos-nuestra-historia.

Recuerden que Nuestros Pueblos, Nuestra Historia se transmite por diferentes estaciones desde más de diez poblaciones de nuestra Patria Zapoteca. 

¡Los invitamos a sintonizarnos!

Para descargar esta emisión, ingrese al siguiente enlace: calendarios zapotecas prehispánicos.


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Reseña publicada en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos, suplemento cultural del Comité Melendre ―Año II, N° 61, Dom 22/Sep/2013― publicado en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.


El retrato de mi madre

Andrés Henestrosa


…Cuando he preguntado su edad, me ha respondido que al ocurrir el cólera del 83, era ya grandecita. Con este dato, he deducido su edad. Si en 1883, tenía cinco años, que es cuando ya se puede tener memoria, ahora irá teniendo setenta años.

Ella fue la primera hija de dos que tuvo Bárbara Pineda, mi abuela. La segunda se llamó Severina y murió muy joven. Tuvo seis hermanos, de los cuales viven cuatro. A Adrián y Crescencio, ya los has visto en foto: el que está solo y tiene un lunar en la mejilla es Chencho; el de los bigotes canos, Yan. Otro, Eustaquio, estaba en el pueblo el día que fotografié a la familia, pero mi llegada le produjo tal alegría, que habiendo tomado demasiado vino por festejarme, no estaba en condiciones de que se le retratara. Otro más, Juan, estaba de visita en México; cielo nublado y la prisa con que anduve, no me dejaron tiempo para retratarlo. Francisco y Máximo, ya va para treinta años que murieron.