El origen prehispánico de Ciudad Ixtepec

Ezequiel Ortega
Raúl Alejandro Mena Gallegos

Introducción.

Ciudad Ixtepec es una población y municipio ubicado en la ribera derecha del Rio Los Perros[1],  en el Istmo Sur de Tehuantepec, en el Estado de Oaxaca. Sus coordenadas geográficas son 16º 34’ longitud norte y 95º 06’ longitud oeste; se encuentra a una altitud de 40 metros sobre el nivel del mar. Hoy, viven en ella cerca de 25 000 habitantes que cuentan con diversos servicios e instituciones; y sus manifestaciones culturales se asocian al grupo zapoteco. De la misma forma que las comunidades actuales de la región, Ixtepec tiene su origen en los diversos asentamientos prehispánicos que existieron en el área, pueblos que fueron reubicados en la época colonial.

En este trabajo se presentan los datos arqueológicos de los asentamientos prehispánicos que dieron origen a Ixtepec, datos que proceden de las intervenciones aprobadas por el Consejo de Arqueología del INAH, llevadas a cabo por los arqueólogos Marcus Winter y Roberto Zárate, investigadores del Centro INAH Oaxaca y publicadas en fechas recientes. Para su referencia, se incluye un mapa donde se indica la ubicación de los sitios (Figura 1) y un cuadro para identificar la cronología de la región del Istmo Sur de Tehuantepec, definido por Zeitlin y Zeitlin (1990) (Figura 2).

De acuerdo a estas investigaciones, sabemos que en la ciudad se encuentran diversos sitios arqueológicos que nos indican la presencia del hombre desde épocas tempranas, cuya convivencia y aprovechamiento de los recursos naturales del área permitieron el desarrollo de nuestro pueblo y de las comunidades circunvecinas.

Asentamientos prehispánicos en Ciudad Ixtepec.

La evidencia más antigua de la presencia del ser humano en nuestra comunidad corresponde a un hallazgo realizado en el año 2005 en las exploraciones arqueológicas en el Barrio Tepalcate [2] (Winter, 2007); se trata de una punta de flecha fabricada en riolita [3],  cuya antigüedad se estima entre los 4800 – 3500 a.C. De acuerdo a Winter (2007), este descubrimiento es la primera prueba de la ocupación arcaica en el sur del Istmo de Tehuantepec [4]; dicho artefacto quizás fue dejado por cazadores – recolectores que se desplazaban estacionalmente entre las tierras altas del Valle de Oaxaca y el Istmo. Esto indica, conforme al arqueólogo, que la región fue ocupada y explotada desde el periodo Arcaico gracias a una ruta que unía los Valles Centrales con el Istmo Sur, ya que la punta de proyectil es similar a las que se han encontrado en Mitla; además, esta interacción pudo haber acompañado a la introducción de la agricultura en el área, aunque es posible que los habitantes del periodo Arcaico de Barrio Tepalcate practicaran cultivos estacionales.

Figura 1

Winter menciona que en el Barrio Tepalcate se estableció un pueblo hacia el 1100 – 800 a.C., donde vivieron de 8 a 10 familias nucleares en casas separadas por espacios abiertos; cultivaron, prepararon y consumieron maíz y participaron en redes de comercio. La cerámica producida presenta diseños de estilo olmeca. La ocupación de Barrio Tepalcate continuó durante los años 800 -  500 a.C., y se movió 1.5 kilómetros río arriba entre el 500 – 400 a.C. Después de este tiempo, cambió nuevamente de lugar, surgiendo así otro nuevo asentamiento: El Carrizal.

El Carrizal [5], nos dice Winter (2004, 2007), es un sitio arqueológico localizado en una loma que se eleva dos metros de las tierras circundantes; abarcó aproximadamente 8 hectáreas y una parte fue destruida por la creciente del Río Los Perros. Fue una comunidad próspera; la evidencia arqueológica nos muestra casas, entierros humanos con ofrendas y ornamentos, hornos de cocción de alimentos y cerámica, depósitos de basura, vasijas, lítica, figurillas, hachas, metates y manos de metate, entre otros elementos; además cultivaban maíz e interactuaban con otros pueblos mediante redes comerciales. 

El asentamiento fue ocupado en dos periodos de tiempo, 400 – 200 a.C. y 200 a.C. – 1 d.C. Sin embargo, hacia el 200 d.C. se abandona El Carrizal sin conocerse exactamente las razones. Winter (2004) menciona que, probablemente, la población se fue a vivir cerca de las planicies aluviales de cultivo que se localizan al otro lado del río, ya sea para atenderlas y cuidarlas de otros grupos o quizás debido a la implementación de sistemas de riego que permitieron un avance en las técnicas de la agricultura y llevar agua potable al sitio, dando origen a un nuevo asentamiento: La Guana Milpería.

El barrio de La Guana Milpería se localiza a 1.5 kilómetros al norte de Ciudad Ixtepec, al otro lado del río; corresponde a un asentamiento prehispánico que se desarrolló entre los años 300 – 900 d.C. Arqueológicamente, La Guana es un sitio donde encontramos evidencia de montículos, unidades domésticas, hornos, basureros, entierros humanos, lítica, figurillas, metates y manos de metates, entre otros elementos. Posee una gran extensión de planicies aluviales cercanas al Río Los Perros que favorecen los cultivos y nos señalan la prosperidad que tuvo el pueblo en su época. 

A la par de este sitio surgieron diversos caseríos en las márgenes del río, que vivían de la agricultura, caza y pesca e intercambiaban bienes con otras comunidades de la región. Sin embargo, hacia el año 900 d.C. la población de La Guana y las que se encontraban en sus alrededores, cambian de lugar; esto quizás se debió a la incursión militar de grupos zapotecas del Valle de Oaxaca, que, según estudios recientes (Oudijk, 2008), llegaron a la conquista del Istmo sometiendo a sus pobladores y controlando la región en los ámbitos económicos, políticos, sociales y religiosos.[6]  

Figura 2


Sólo un sitio prehispánico se conservó en Ixtepec y fue ocupado por los zapotecas llegados al Istmo: Zopiloapan.

El asentamiento prehispánico de Zopiloapan [7], se ubica 5 kilómetros al oriente de Ciudad Ixtepec, tiene una extensión aproximada de 12 kilómetros cuadrados y ha sido estudiado por Roberto Zárate (1996, 1997, 2003, 2004), quien describe al sitio como uno de los más importantes de la región ístmica, ya que en él se encuentran plataformas, cancha de juego de  pelota, entre otras estructuras arquitectónicas, además de entierros, lítica, cerámica, figurillas, y diversos elementos arqueológicos. De igual forma, nos dice, Zopiloapan se caracteriza por su naturaleza y ecología, ya que se localizan cerros de poca elevación con cuevas y abrigos rocosos con pinturas rupestres, flora y fauna local, nacedero de agua, terrenos cultivables, río y lagunas que otorgan al sitio un carácter sagrado. 

El auge de esta población se dio entre los años 300 – 900 d.C., sin embargo, en estudios recientes (Zárate y Mena, 2010), se registró un área con evidencia de materiales arqueológicos que corresponden  a los años 400 – 200 a.C. El asentamiento de Zopiloapan sobrevivió hasta la conquista española, ya que se han encontrado materiales culturalmente ligados a los años 900 – 1521 d.C. (Zárate y Mena, 2010). Esto nos habla de la continuidad del sitio como lugar sagrado por espacio de 2400 años, ya que hoy perviven ritos y peregrinaciones debido a la presencia de una Santa Cruz [8], que sincretiza el culto religioso prehispánico y católico, haciendo de Zopiloapan un lugar lleno de mitos y leyendas.

Zárate y Mena (2010), comentan que en Zopiloapam existió el asentamiento Postclásico de Ixtepec a la llegada de los españoles, comunidad que fue reubicada al lugar actual, debido a las congregaciones de pueblos llevadas a cabo por los evangelizadores dominicos [9]. El análisis del significado de las pictografías del sitio y su cotejo con datos etnohistóricos y arqueológicos, ha llevado a estos autores a proponer que dicho mensaje y la importancia en las pinturas rupestres de símbolos de penitencia, sacrificio y muerte, entre ellos el cuchillo de pedernal, corresponden al significado del nombre de Ixtepec y el origen del culto al Santo Patrón del pueblo: San Jerónimo Doctor. 

El nombre zapoteco de nuestro pueblo es Taniqueza, e Iztepec en náhuatl (Zarate y Mena, 2010), ambos se traducen como “Cerro del cuchillo de sacrificio”; en la época Colonial se le llamó San Jerónimo Taniqueza y San Jerónimo Ixtepec; luego se denominó Villa de San Jerónimo Ixtepec; finalmente, el 20 de abril de 1935, fue elevada a la categoría de ciudad.

Conclusiones.

Todo este conjunto de evidencias arqueológicas nos muestra la riqueza prehispánica de Ciudad Ixtepec. Desafortunadamente, poco se ha hecho por la protección y conservación de estos lugares. Hoy, el desarrollo y crecimiento de la población ha invadido los asentamientos prehispánicos y originado parte de su destrucción voluntaria e involuntaria.

Por tal motivo, es necesario que la sociedad y las instituciones tomen conciencia y se organicen para crear y establecer medidas de conservación en conjunto con el Centro INAH Oaxaca; de esta forma, se realizarían planteamientos académicos que nos lleven a proteger nuestro patrimonio cultural y natural; ya que en estos lugares se encuentra la esencia de nuestro pueblo y la cultura e identidad de la cual, como jeromeños e istmeños, somos herederos y responsables.

Bibliografía.

OUDIJK, MICHEL R.
2008 “Una nueva historia zapoteca” en Eva E. Ramírez Gasga (Editora). Secretos del mundo zapoteca. Universidad del Istmo, México.

WINTER, MARCUS.
2004 “Excavaciones Arqueológicas en el Carrizal, Ixtepec, Oaxaca” en Eva E. Ramírez Gasga (Editora). Palabras de Luz, palabras floridas. Universidad del Istmo, México.
2007 “Recent archaeological investigations of Preclassic occupations in the Southern Isthmus of Tehuantepec” en Archaelogy, Art, and Ethnogenesis in Mesoamerican Prehistory: Papers in Honor of Gareth Lowe. New World Archaelogical Foundation, Brigham Young University, Provo, Utah.

ZÁRATE MORÁN, ROBERTO y MENA GALLEGOS, RAÚL ALEJANDRO.
2010 “San Jerónimo Taniqueza. Arqueología, historia e identidad de un pueblo zapoteco del Istmo de Tehuantepec”. INAH, Fuerza Eólica, Peñoles. México.

ZÁRATE MORÁN, ROBERTO.
1996 “Porqué conservar las pictografías de Zopiloapam en San Jerónimo Ixtepec, Oax.” en Guillermo Bernal Gómez (Compilador).  Ciudad Ixtepec; su gente y su cultura. Oaxaca, México.
1997 “Pinturas rupestres y petroglifos del Istmo de Tehuantepec” en Margarita Dalton y Verónica Loera (Editoras), Historia del Arte de Oaxaca.  Arte Prehispánico. Volumen I. Instituto Oaxaqueño de las Culturas, Oaxaca, México.
2003a “Una forma de escritura: las pinturas rupestres del Istmo de Tehuantepec” en María de los Ángeles Romero Frizzi (Coordinadora). Escritura Zapoteca, 2500 años de Historia. CIESAS – INAH, México.
2003b Un mito de creación en las pinturas rupestres de Dani Guíaati. INAH-Casa del Pueblo de Asunción Ixtaltepec. México.
2004a “Símbolos prehispánicos y ritos contemporáneos de creación y nacimiento en el sur del Istmo de Tehuantepec” en Nelly M. Robles García (Editora), Estructuras sociopolíticas en el Oaxaca antiguo. Memoria de la Tercera Mesa Redonda de Monte Albán. INAH, México.
2004b Catálogo de figurillas del sitio arqueológico Biaza Barranca, Magdalena Tlacotepec, Tehuantepec, Oaxaca. Tomo IV; Informe Final del Proyecto de Salvamento Arqueológico Carretera Salina Cruz – La Ventosa. Centro INAH Oaxaca. 

ZEITLIN, J. FRANCIS y ZEITLIN, ROBERT N.
1990 “Arqueología y época prehispánica en el sur del Istmo de Tehuantepec” en Marcus Winter (compilador), Lecturas históricas del Estado de Oaxaca.  Volumen I, Colecciones Regionales de México, INAH, México.


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  1.- En lengua zapoteca se denomina Guiigu Bicunisa. La palabra guiigu significa ‘río’, bicunisa: perro de agua, nombre que los lugareños dieron a las nutrias, hoy casi extintas, que habitaron en el lugar. El Río Los Perros nace en las montañas de Guevea de Humboldt. Su cauce continúa por la planicie ístmica hasta desembocar en la Laguna Superior, cerca del Océano Pacífico.
  2.- Barrio Tepalcate se ubica al poniente de Ciudad Ixtepec. En este lugar se encuentran, hoy en día, las fábricas de ladrillos.
  3.- La riolita es una roca volcánica que incluye al cuarzo entre sus componentes principales.
 4.- Cabe hacer mención que el arqueólogo Roberto Zárate exploró y recuperó un esqueleto de oso perezoso gigante y colmillos de mamut en las márgenes de la presa Benito Juárez, en Jalapa del Marqués, correspondientes a fauna del periodo Paleolítico (cerca de 10000 a.C.). De igual forma, Marcus Winter identificó en el año 2007 otra punta de flecha del periodo Arcaico localizada en el museo de la Casa de la Cultura de esta población. Esto indica que hacen falta más investigaciones para definir la ocupación arcaica en nuestra región.
  5.- El Carrizal se ubica río arriba de Barrio Tepalcate, exactamente en el entronque del camino que conduce a este lugar y la nueva carretera Salina Cruz – La Ventosa.
  6.- Este episodio de la historia de la región, ha sido causa de debates para definir que cultura la ocupó entre los años 3500 a.C. – 900 d.C. Algunos investigadores proponen que fueron personas de la etnia Mixe – Zoque. A pesar que hacen falta más estudios para especificar la etnicidad de los habitantes prehispánicos del Istmo Sur de Tehuantepec, es comúnmente aceptado que a partir del año 1200 d.C. son los Zapotecas quienes ocuparon el área.
  7.- Zopiloapan se conoce también por Zopilotepec; aunque algunos lugareños le nombran La Laguna Encantada.
  8.- La Santa Cruz Mojonera de Zopilotepec. Sus festividades se desarrollan en el Barrio Cheguigo Zapata, de la ciudad, a fines del mes de Abril y principios de Mayo de cada año. 
  9.- La conquista espiritual del Istmo Sur de Tehuantepec fue llevada a cabo por los frailes de la Orden de Santo Domingo de Guzmán. Ellos y los naturales de la región, reubicaron a los pueblos, construyeron los templos coloniales y hábilmente conjuntaron las creencias religiosas prehispánicas con las católicas, estableciendo las advocaciones y patronazgos de santos celebrados en las mayordomías que conforman la tradición de las comunidades.



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Texto publicado en la Revista Guidxizá (Nación Zapoteca), publicación cultural del Comité Melendre, Año XX, Número 18, Mayo de 2024. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.