Gabriel López Chiñas
Llegó inesperadamente, y de un salto se posó en mis manos, como una graciosa travesura de pájaro. Su color, de un morado raro, me llevó al recuerdo del “enredo de caracol” de mi abuela Vitu Lu. Al pie de una danzarina alada, ilustración de Francisco Toledo, se lee en zapoteco Biulú, colibrí en español. El poeta Alfredo Cardona Peña, en la Introducción, anuncia su sorpresa con los jóvenes juchitecos, en prosa que abre cielos novedosos para el sur istmeño.
El autor de Biulú es Macario Matus, quien ha logrado asir el peplo de la Poesía para expresar sus poemas limpios, sencillos, aromados de juventud; por eso el amor es un tema obligado en siete cantos. Pero este enamorado del amor, siente también el pulso angustiado, dolorido de su tiempo y lanza una leve protesta contra los crímenes que el hombre perpetra contra el hombre.
Hay en sus poemas, que eso es Biulú ―una breve colección de poemas―, zigzagueos de luciérnagas, sinfonías marinas de La Ventosa o de Punta de Agua, voces plateadas de nuestras lagunas, pasos de iris de nuestra mujeres y un rumor de pueblo, de nuestro pueblo juchiteco.
Es cierto que sorprende la actitud de las nuevas generaciones de jóvenes de Juchitán; porque provenimos de un pasado belicoso, guerrero, de hombres de armas que hicieron rivalizar sus valentías en los campos de batalla. El General Obregón dijo que no hay un panteón de la República en donde no se halle enterrado un soldado juchiteco. La Revolución de 1910 produjo entre nosotros una pléyade de Generales famosos: Felipe López, Gabriel Salinas, Pablo Pineda, Laureano Pineda, Manuel Arenas, Román López Yú, Francisco Luis Castillo, Heliodoro Charis Castro. Muchos más quedaron en JEFES Y OFICIALES (Cándido López Lucho, Pedro Trinidad Martínez, Juan Pablo Jiménez, Enrique López “Quique Chiva”, Jeremías López Chiñas, etc.), pero su fama de valientes sobrepuja la etiqueta de sus jerarquías militares. Esta sangre heroica, homérica, nutrió durante mucho tiempo nuestras venas. Todavía en 1930, había inscritos más cadetes juchitecos en el H. Colegio Militar, que estudiantes juchitecos en otras Escuelas y Facultades de la Capital.
Poco a poco, nuestro espíritu encontró nuevos horizontes y fuimos cambiando la espada por la pluma, la paleta y el cincel. Al lado de Nazario Chacón Pineda y de Sylvia Urania López, aplaudimos la llegada reciente de Víctor de la Cruz y de Macario Matus en la Poesía. Francisco Toledo, Alfredo Cardona Chacón y Saúl Martínez Jr., son pintores de renombre y Moisés Cabrera, escultor. En Arquitectura, es figura consagrada Lorenzo Carrasco.
Hago votos porque nuestra bien ganada fama de soldados de la justicia y de la lucha social, se convierta para nosotros en otra bien ganada fama como artistas; para gloria de Juchitán y del Istmo de Tehuantepec.
EL DATO. El texto aquí publicado por cortesía de la Revista Guidxizá, apareció en la sexta edición, correspondiente a los meses de mayo-junio de 2005. “Biulú de Macario Matus” se publicó originalmente en la revista Neza Cubi, N° 5, Enero-Febrero de 1969.
[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 81, Dom 09/Feb/2014―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]
[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 81, Dom 09/Feb/2014―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]