Romper las dependencias jurídicas, éticas, intelectuales y económicas; establecer educación, salud, seguridad y leyes como premisas de autonomía, explica Gubidxa Guerrero.
La Coperacha // colaboración especial de Eunice Lozada
Ciudad de México // 2 de septiembre de 2104
Aunque para la historia oficial las rebeliones y los movimientos indígenas en México han sido inexistentes, en diversos territorios del país los pueblos originarios han luchado durante siglos por su autonomía. Es el caso del pueblo zapoteca, en la región del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, que en su historia ha tenido diversos defensores de su pueblo y sus recursos naturales, uno de los más recordados es Che Gregorio Melendre, quien en el siglo XIX consiguió, aunque por breve tiempo, la conformación del Estado Zapoteca.
Ha pasado más un de un siglo y la idea de la autonomía sigue latente, ahora concebida por un grupo de jóvenes profesionistas que conforman el Comité Autonomista Zapoteca “Che Gorio Melendre”, un colectivo formado en 2004 que busca consolidar la autogestión de la comunidad zapoteca a través de diversas actividades de comunicación y recuperación de la memoria histórica. En entrevista con La Coperacha, Gubidxa Guerrero, Presidente del Consejo Directivo del Comité Melendre, enfatiza a qué se refieren cuando hablan de autonomía:
“Labrar nuestro destino como zapotecas. Decidir el rumbo que queremos seguir. No depender de ninguna entidad externa, jurídica, ética, intelectual o económicamente. Establecer nuestras propias leyes, nuestro sistema educativo, de salud, de seguridad. Funcionar como un Estado propio, como funciona Sonora, Nuevo León, Guerrero o Yucatán”.
Sin ningún tipo de apoyo gubernamental o partidista, los integrantes permanentes y voluntarios del Comité Melendre se han abierto paso para consolidarse como un grupo de acciones positivas entre la comunidad, sobre todo entre los niños y jóvenes, quienes tendrán en sus manos revertir lo negativo y construir una mejor sociedad.
Autonomía cultural
Entre sus actividades está la publicación cultural Revista Guidxizá, el proyecto al aire libre Cine para todos y la administración de un espacio físico denominado Centro Cultural Herón Ríos, donde funciona la Biblioteca comunitaria Gilberto Orozco y donde han presentado diversas exposiciones artísticas.
A distancia, su labor se hace evidente en su página de internet www.comitemelendre.blogspot.com, que contiene la Biblioteca Digital de Historia Zapoteca y dos proyectos que difunden el pasado y presente del pueblo zapoteca a través de palabras e imágenes: Retratos de nuestra historia y Memoria Gráfica Zapoteca. También en ella se puede escuchar el programa radiofónico Nuestros pueblos. Nuestra historia, así como una fonoteca virtual con más de 300 canciones representativas de la cultura del Istmo de Tehuantepec.
Autonomía energética
En el camino de la búsqueda de la autonomía, el año pasado el Comité Melendre gestionó uno de sus proyectos más importantes en conjunto con el Barefoot College, (‘Universidad Pies Descalzos’), con sede en la República India, Onu-Mujeres, Enel Green Power y el gobierno indio, mediante el cual contribuyeron para que cuatro mujeres de una comunidad huave-zapoteca, conocidas como las abuelas solares, cursaran en la India estudios sobre la fabricación de equipos solares para electrificar por sí mismas a Cachimbo, su pueblo natal en el que nunca han tenido energía eléctrica.
En general, menciona Gubidxa Guerrero, “la temática de las actividades suele girar en torno a nuestra identidad como zapotecas. Pero no como la conciben las instituciones o los fuereños, sino como nos vemos a nosotros mismos: gente que vive en el siglo XXI, con aspiraciones compartidas, con deseos de aprovechar las ventajas tecnológicas para un mejor porvenir.
Con recursos propios
Uno de sus principios es ser una organización autosuficiente, de ahí que sus recursos provengan de tres fuentes: la principal es la cooperación de los propios integrantes y voluntarios del Comité Melendre; la segunda, la donación de paisanos; y la tercera, la venta de materiales, como libros y revistas o de agua de horchata, jícamas y pepinos en las funciones de cine gratuito.
A futuro, planean crear vínculos de colaboración con otros colectivos de otras regiones zapotecas, como los Valles Centrales o la Sierra Norte, e incluso con otras regiones del país, con la idea de comenzar a implementar proyectos sociales de envergadura en poblaciones apartadas.
“Como generalidad, podríamos decir que nuestra gran meta futura es convertirnos en una organización social de masas. Seguir trabajando por la cultura, pero de manera más global. Ampliar nuestros alcances. Lograr coordinar el trabajo y las demandas de barrios, colonias, pueblos y ciudades. Queremos tener la posibilidad de incidir de manera más directa en las políticas públicas de nuestros municipios”.
Con los años de trabajo, el Comité Melendre ha sembrado la semilla, pero aún falta más para ver los resultados, así concluye el presidente de su Consejo Directivo “Los objetivos últimos del Comité Melendre, aquellos por los que fue creado, todavía no se comienzan a realizar. Apenas estamos preparando las condiciones para ello. Por tanto, los retos más importantes son los que enfrentaremos los próximos diez años”.
[Nota publicada en La Coperacha, información cooperativa fresca y solidaria el martes 2 de septiembre de 2014. Se autoriza su reproducción, siempre que sea citada la fuente]