Meléndez y la rebelión zapoteca


“No se admire ni se escandalice nadie, por lo tanto, que conteste apasionadamente 
a los historiadores profesionales y a los detractores de mi pueblo, 
que la pasión no está reñida con la razón 
y mientras más razones se tienen más pasión se ponen en su defensa”

Víctor de la Cruz
La rebelión de Che Gorio Melendre


Gregorio Guerrero
El 14 de abril de 1850, el pueblo de Juchitán toma las armas exigiendo la restitución de los bienes comunales. Encabeza esta lucha José Gregorio Meléndez, mejor conocido como Che Gorio Melendre, zapoteco originario del mismo pueblo. A este levantamiento se suman comunidades vecinas, como el entonces barrio de San Blas Atempa, y a los soldados rebeldes, dan apoyo y alojamiento pueblos zoques y huaves.

El 19 de mayo de ese mismo año, Juchitán fue incendiado por tropas estatales enviadas por el gobernador del Estado de Oaxaca Benito Juárez. La cifra de muertos, según la versión oficial, pasó de 60, sin embargo, Melendre y los zapotecos declararon que fue la mitad de la población la que pereció. Pasado unos meses de la masacre, se agregaba otra demanda más de los sublevados: la separación del departamento de Tehuantepec, respecto el estado de Oaxaca, para erigirlo en Territorio Federal. De tal magnitud fue la rebelión de Che Gorio Melendre.

Por fin el 29 de mayo de 1853, en buena medida, debido al Plan de 1851 que Melendre promulgó,  se declara “Territorio Federal” al Istmo, pero lamentablemente ese día también muere envenenado Meléndez. 

En la mente de los zapotecas, pervive aún su recuerdo, y su ejemplo sirve hoy a todos los istmeños, sean zapotecas o no.


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Texto publicado en Istmo Autónomo (hoy Revista Guidxizá - Nación Zapoteca), Año I, Núm. 1, Junio-Julio de 2004. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.

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