Tiempo de sueños

Javier Castellanos
[Intervención del Premio Netzahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas en la presentación de Istmo Autónomo (hoy Revista Guidxizá) en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) en febrero de 2006].


Javier Castellanos

Muchas gracias por haberme invitado a la celebración del primer año de su revista. Es muy significativo para mí.

Celebrar aniversarios significa estar contentos, satisfechos, con ganas de seguir haciendo lo que se hizo durante ese año. Todos cumplimos años (de trabajo, de casados, de dejar de tomar, etc.) pero no todos tenemos el ánimo para celebrar, pensamos que no vale la pena o que no hay recursos, pero en el fondo ha de ser que no estamos muy satisfechos con lo hecho. Por eso estar en la casa de alguien que celebra un año de lo que sea, pues mueve a reconocerle grandeza, por el hecho de detenerse un momento y decir: voy a tomarme “unas” por este año, por este trabajo; pero también espera ayuda, quiere que otros conozcan y comprendan lo que está haciendo. En mi papel de invitado para tomar la palabra en el primer aniversario de esta revista, quiero decirles a todos que estamos ante una revista que practica lo Autónomo, lo propio, antes que declarar que lo está haciendo. Qué región no quisiera tener los autores y contenidos de esta revista istmeña, sobre todo porque las revistas regionales lo que pretenden a través de la palabra impresa en papel, es llamar la atención de que son diferentes, que su región es diferente y que, por lo tanto, esperan un trato, una relación distinta. Si no fuera así, serían Nexos, Proceso, Tierra Adentro, Luna Zeta, etc., revistas que no tienen intenciones regionales. Mas las revistas regionales como El Mosquito Serrano, El Fandango, Ntun Savi, Istmo Autónomo, son terriblemente regionales o al menos lo pretenden, su nombre lo dice. Pero una cosa es su nombre, y otra, lo que pretenden, pero si en ellas encontramos poesía diversa, prosas que nos muestren a la región, la historia cotidiana de nuestra gente, leyendas que nos den esperanzas, que sean totalmente parciales hacia nosotros mismos (porque no ha de faltar quien hable de nuestros defectos), y  todo esto dicho con el idioma con el que nacimos, por gente que siente la región, estamos ante una revista regional.  En este país, en este Estado, los regionalismos se ven mal, dicen que es miopía, cerrado, sin perspectivas; pero también en este país y en este Estado, mientras dicen eso, a las regiones las han dejado abandonadas, nada dicen las palabras sobre eso, los hechos son contundentes, nuestras regiones están desatendidas, a nosotros nos llegan al último lo que dicen que son los beneficios por ser parte de este Estado o nación. Por eso cuando alguien habla de Autonomía, yo entiendo que quiere decir: “mejor déjame hacer las cosas a mi manera”, por eso esta revista, sus almas, nuestros paisanos juchitecos, nos están diciendo que tenemos que empezar a caminar por nuevos senderos. Todos los editores de esta revista son jóvenes, están en la edad en que hay que hacer algo, ojalá esta etapa dure mucho y que esta revista sea la expresión de ese juvenil tiempo de sueños y que cuando despierten, sus hijos hayan hecho suyos esos sueños.

Así piensa un viejo zapoteca que tiene esperanza en ustedes.



[Texto publicado originalmente en la Revista Guidxizá, Año III / Nº 9, Julio-Septiembre de 2006. También se publicó en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 65, Dom 20/Oct/2013―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]