Guillermo Paulino Clemente García
La noche se desplaza
Vierte
su cuerpo de príncipes doblados
sobre el mundo
y entonces
la fiesta de la angustia
se vuelve sobre la conciencia.
Porque lo que el ser recuerda
es confuso.
Apenas
lobo dormido. Apenas
ceguera rota,
ritmo de la arena convirtiéndose en mar.
La puerta de mi psique
fue abierta. Cayó
todo lo que fui.
Vino desnudo con su polvo de huesos,
perturbó mi presente.
Aún sigo pensando
que la realidad
es obtusa
mientras dura la memoria. Olvidar
no llega de prisa.
Gotea.
Pero habré de encontrar
mi espacio verdadero. Haré que hoy,
se incendie mi mundo
y marchitaré la oscuridad.
Luego habré de romper
la niebla.
de retornar a la luz,
habré de abrir mi pecho y sacar
la escoria que queda,
todo el pasado
con sus sombras circundantes.
Texto publicado en Guidxizá (Nación Zapoteca), Año VII, Núm 15, Octubre-Diciembre de 2010