Irma Jaso
Su casa siempre abierta…
Inmenso hogar de las crisálidas…
La pequeña selva de su casa está sembrada
en macetones de barro…
están naciendo frutos/ siempre
flores y semillas para las aves canoras.
Los colibríes… el amor/ ¡Ay Doctora!
¿En dónde huyó mi Guenda?
¿En cuál lugar?
Su casa es húmeda selva
jardín agradecido
por el rocío de sus manos
amorosas y tempranas.
Y las raíces de la tierra
creciendo retoños; sus consentidos/
sus ojos silenciosos.
Adentro del barro del Istmo
del barro Mixteco…
jardín…/ diminuta selva.
Casa abierta/ Bidxaa a la mano…
cerca la enagua curandera…
Bidxaa lacustre/ entre las algas
sana que sana/ la mujer iguana.
Y José Abel/ el niño luz/
creciendo/ amorosísimo son su selva…
su jardín
su casa
su ternura…
Y su/ Bidxaa/ nuestra Bidxaa/
cimiento…
Sirena de laguna/ de raíces/ de misterios.
[Poema publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos ―Año II, N° 75, Jue 02/Ene/2014―, suplemento cultural del Comité Melendre en EL SUR, diario independiente del Istmo, publicado originalmente en Revista Guidxizá, Año III / Nº 9, Julio-Septiembre de 2006. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.]