Preservación de las lenguas indígenas

Maritza Licón
Maritza Elena Enríquez Licón
El Colegio de México
Universidad de Sonora

I. Antecedentes

La pérdida de lenguas, como señalan Comrie (2003) y otros, se puede comparar con la extinción de especies animales y de plantas; ya que justo como no sabemos qué medicinas naturales yacen dentro de los bosques que se desvanecen, no sabemos qué sabiduría está grabada en la gramática y vocabulario, poesía e historias de las lenguas que han muerto, muchas sin haber sido estudiadas con profundidad.

Cómo y por qué mueren las lenguas
La principal causa de extinción es el cambio de lengua, el cual ocurre cuando los hablantes adoptan la lengua de la mayoría, la lengua de prestigio, la lengua de la riqueza. Este proceso puede tomar solamente tres generaciones: la primera generación es monolingüe y aprende poco de la lengua dominante; la segunda se hace bilingüe, aprendiendo el lenguaje ancestral de sus padres y la lengua dominante de la comunidad que los rodea; y la tercera generación aprende solamente la lengua dominante tanto en casa como en la comunidad.

En las últimas etapas del cambio encontramos “semi-hablantes”, quienes pueden entender la lengua pero no la hablan, o la hablan de una forma que se mezcla con la lengua dominante y que la generación antigua haya imperfecta. A medida que el vocabulario se empobrece, los significados de las palabras se generalizan.

Revirtiendo el cambio de lengua
El proceso de muerte de una lengua puede revertirse cambiando la percepción que los hablantes tienen de la misma, asignándole más valor. El deseo de hacerlo está inevitablemente asociado con la aserción de la identidad distinta de los hablantes. Algunas veces esto involucra la aspiración de más estatus político o autonomía, como en el caso del vasco y el catalán en España.

Promover el bilingüismo sirve de puente para la lengua y cultura dominante, sin abandonar la lengua minoritaria. La preservación de lenguas minoritarias está ligada a estilos de vida tradicionales, y a menudo también a la preservación del medio ambiente. En este trabajo presento brevemente algunas propuestas que se han hecho para preservar algunas lenguas minoritarias, así como otras alternativas posibles.


II. Situación lingüística actual de México 

En México, de acuerdo al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), hay 68 agrupaciones lingüísticas y 364 variantes de estas agrupaciones. Una agrupación lingüística, por ejemplo, sería el zapoteco, y una variante sería el zapoteco del Istmo (didxazá), otra variante el zapoteco del Valle, etc.; muchas de estas variantes no son mutuamente inteligibles, de manera que podríamos decir que hay más de 300 lenguas en nuestro país, varias de  las cuales están en peligro de extinción, o moribundas, como el caso del tlahuica, que todavía se habla, pero cuyos hablantes más jóvenes son mayores de cincuenta años. De acuerdo a Garza Cuarón y Lastra (1991), el continuo desplazamiento de las lenguas indígenas de México llevará a su desaparición total si no se hace algo para alterar el rango de extinción que ha prevalecido en los últimos cinco siglos.

Se sabe de al menos 48 lenguas extintas no clasificadas y otras 65 que ya lo han sido, de las cuales 33 son uto-aztecas. Un número conservador de las lenguas que han desaparecido desde el siglo XVII sería 13. El proceso de extinción de lenguas nativas en México comenzó antes de la conquista española, como resultado de la expansión del náhuatl. Aparentemente, el factor histórico más importante relacionado con la desaparición de lenguas indias de México ha sido la dominación opresiva de la comunidad de habla por parte de hablantes de otra lengua. 

En un período de tres mil años, que ha visto el surgimiento y caída de algunas grandes culturas mesoamericanas, una gran variedad de lenguas pertenecientes a varios grupos, familias y troncos diferentes han florecido. Sin embargo, debe notarse que la fragmentación lingüística, debida al aislamiento y alienación de grupos indígenas causadas por la conquista, propició la multiplicación de lenguas en algunas familias diferentes. A menudo es el caso que cada pueblo tiene su propio dialecto, a menudo un hablante del dialecto 1 puede entender a uno del dialecto 2 y éste puede entender algo del dialecto 3, pero los hablantes de los dialectos 1 y 3 no se entienden entre sí.

Medidas para evitar el extinción de las lenguas vernáculas de México
Históricamente, en México ha habido sólo tres desarrollos que han favorecido a los indios y a sus lenguas. El primero, hacia finales de 1930, cuando el presidente Lázaro Cárdenas trató de asegurarse de que los niños indígenas aprendieran a leer en su propio idioma, ayudado por el trabajo de los lingüistas del Instituto Lingüístico de Verano, que se estableció en México en 1935.

El segundo evento de importancia ocurrió durante el primer congreso de indigenistas llevado a cabo en Pátzcuaro, Michoacán, en 1940, donde se propuso al gobierno que se instituyera la educación bilingüe como derecho de todos los individuos a ser educados en su lengua nativa, un derecho propuesto y defendido por la UNESCO.

El tercer y último intento para apoyar a la población indígena de México fue la fundación del Instituto Nacional Indigenista (INI) en 1948. Esto implicaba el reconocimiento oficial de la utilidad del método antropológico en la solución de problemas generados por la heterogeneidad étnica de la nación y la necesidad de crear instituciones especiales que pudieran actuar multilateralmente y que pudieran contribuir en un sentido real al desarrollo de las comunidades indígenas y a su integración en la vida nacional. Sin embargo, estas han sido medidas aisladas que no han contribuido grandemente al desarrollo de las culturas indígenas. 

Un progreso para la descripción lingüística de México es el trabajo hecho recientemente por el INALI; sin embargo este progreso no traerá soluciones inmediatas para la preservación de las lenguas indígenas en el país.


III. Soluciones que se han presentado

A continuación presento un pequeño recuento de las soluciones que se han propuesto, no sólo en México, sino en otras partes del mundo. Hago una división entre las que han demostrado ser más exitosas y aquella que ha probado ser un fracaso; al menos de la manera en que está estructurada actualmente.

1. Propuestas exitosas

a) Medios de telecomunicación
Una de las formas de dignificar una lengua indígena, de evitar su muerte, promover su difusión e inclusive proveerle un estatus que permita que las generaciones más jóvenes no sientan vergüenza de la misma ni de su cultura, ha sido la implementación de radiodifusoras en lengua indígena. En México se inició un Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas (SRCI)  en 1979, con la puesta en marcha de la radiodifusora XEZV "La Voz de la Montaña", en Tlapa de Comonfort, Guerrero. Hasta hace unos años había solamente 24 Radiodifusoras Culturales Indigenistas en todo el país, las cuales transmitían un promedio diario de 12 horas continuas, y, podían ser escuchadas, potencialmente, por más de 5 millones de hablantes de idiomas indígenas. Pero estas estaciones promovían el uso de sólo 31 de las más de 300 lenguas indígenas que existen. 
El Departamento de Planeación Radiofónica del INI señalaba: 

Entre las ventajas potenciales de la radio se destaca su compatibilidad con una de las características más significativas de la sociedad campesina prealfabeta, a saber, el importante papel que juega la tradición oral en la reproducción de normas, valores y conductas, y como factor de unidad, cohesión e identidad culturales.
La radio está en posibilidad de situarse en una relación de estrecha proximidad con sus usuarios, reforzando los valores culturales locales que la mayor parte de las veces se ven amenazados por los centros hegemónicos de producción de bienes, servicios, educación y cultura.

Pero desde el punto de vista de los mismos indígenas, la radio sirve para: pasar los avisos y comunicarnos; alegrarnos con las melodías y promover nuestra música; hablar nuestras lenguas; para que no caminemos; para darnos cuenta de otros lugares; para saludar; para educar.

Con respecto a esta propuesta exitosa, quisiera señalar lo que ocurre en Juchitán, como lo describe Gubidxa Guerrero en su artículo “Juchitán y sus radiodifusoras comunitarias, o hacia la democratización de los medios de comunicación”. Guerrero apunta que las pequeñas radiodifusoras tienen como algunas de sus obligaciones servir de enlace y procurar el desarrollo de la cultura entre los integrantes del lugar. Así, en Juchitán existían hace un par de años seis opciones que daban evidencia del amor de los zapotecas a su lengua y demostraban el gran esfuerzo que se lleva a cabo para preservarla. Actualmente hay veinte emisoras comunitarias en dicha ciudad, de las cuales, más de la mitad transmiten programas en idioma didxazá. Me parece importante citar a Guerrero en cuanto al éxito de las radiodifusoras en Juchitán porque: “… su realización no se ha basado simplemente en la buena fe de algunos, sino en otros factores no menos importantes como son la educación y conciencia de un pueblo, la valentía para realizar proyectos arriesgados, y una larga tradición de cultivo de su palabra”. 
Este es el método que ha probado ser el más efectivo, aunque no el único que debería usarse, como veremos más adelante.

b) Abuelos como maestros (tradición oral)
Los ancianos, quienes generalmente aún hablan bien la lengua, son de gran importancia, especialmente para los casos donde el idioma se ha perdido como instrumento de comunicación en sólo dos generaciones; esto es, cuando los nietos, aunque entienden lo que hablan los mayores, no son capaces de comunicarse en la lengua tradicional. En estos casos, pero no exclusivamente, esta herramienta es útil y así lo ha demostrado. De cualquier modo, llevar a cabo esta tarea no es nada fácil; necesitamos tomar en cuenta muchos factores, como el interés: ¿Los más jóvenes tienen interés en aprender esa lengua? ¿Por qué lo han perdido? ¿Qué actitudes tienen tanto los ancianos como los jóvenes ante su lengua? Estos son factores que no podemos dejar de tomar en cuenta al intentar implementar este paso en cualquier caso particular. 

c) Medios de apoyo
Como se aprecia en el caso del zapoteco del Istmo, el internet ofrece una plataforma que puede aprovecharse, ya que en él se pueden colocar y difundir materiales de aprendizaje de lenguas minoritarias, así como promocionar su uso y generar el debate para su estandarización. 
     El zapoteco del Istmo cuenta con recursos en internet útiles tanto para los hablantes como para los estudiosos de la lengua, como un vocabulario del idioma zapoteco istmeño (didxazá), un traductor castellano-didxazá, recursos auditivos como canciones, y escritos como poesía, proverbios, refranes, adivinanzas, cuentos, trabalenguas, piropos, dichos y recetas de cocina. Esto es una prueba irrefutable de que es mucho más lo que un pueblo que se respeta puede hacer para preservar su lengua de lo que puede, o hace, el gobierno del país, cuyas estrategias son a plazos mucho más largos y mucho más complicadas, como se presenta a continuación.

2. Propuesta fallida

a) Educación bilingüe
Se ha implementado un programa para la educación bilingüe, que consta primeramente de alfabetizar al niño en su propia lengua, y después en una segunda lengua, en este caso el español. Los programas y las medidas tomadas se ven íntegras en papel, en las páginas oficiales, pero la realidad es que no están cumpliendo con su cometido. 

Primero, se implementó en la Universidad Pedagógica Nacional una Licenciatura en Educación Indígena; ésta va dirigida tanto a maestros bilingües en educación preescolar y primaria como a maestros normalistas con experiencia en el trabajo docente que las mismas comunidades indígenas exigen. El objetivo de tal licenciatura es perfecto: Formar cuadros técnico-pedagógicos del Subsistema de Educación Indígena capaces de:

―Planear regional y micro-regionalmente los servicios educativos dirigidos a los grupos indígenas a partir de procesos de investigación y

―Coordinar, dirigir, apoyar, asesorar y supervisar proyectos de educación indígena, sobre desarrollo curricular (evaluación, diseño y reestructuración), elaboración de materiales didácticos, formación, administración escolar, actualización y capacitación docente. 

Los materiales están compuestos por libros de texto en 22 lenguas indígenas, entre las que resaltan el maya, el náhuatl y el zapoteco.

Estamos hablando de materiales en 22 idiomas indígenas de los más de 300 que se hablan en México. La elaboración de libros de texto es uno de los problemas más difíciles de vencer en cuanto a la educación bilingüe. Para realizarlos se requiere no sólo de un gran equipo de trabajo interdisciplinario, sino de una gran cantidad de tiempo a invertir y criterios, tanto de planeación pedagógica como lingüística, únicos y especiales para cada una de las lenguas habladas en México.

La Secretaría de Educación Pública pretende fortalecer el Programa de Educación Indígena desde preescolar hasta la universidad. Se está pensando en correr antes de aprender a caminar. Si la educación bilingüe y bicultural está fracasando en su nivel más básico, lo lógico es que se trabaje para mejorar y llevar al éxito este programa antes de pensar en elevar este fracaso a niveles educativos más elevados. 

IV. Propuestas de solución alternativas
Las propuestas que daré a continuación no pretenden de ninguna forma dar una solución definitiva al problema de la política lingüística en México, pero son puntos que podrían ayudar a rescatar lo rescatable. 

Primero, para poder realizar una política lingüística se requiere de planeamiento. El planeamiento de una lengua se refiere al desarrollo de objetivos, metas y estrategias para cambiar aspectos tales como su estatus oficial, su rescate, su reavivación, etc. La planeación involucra, de acuerdo de Kavanagh (1999), dos componentes: 

a) Estatus de la planeación
Mejorar el papel que juega la lengua en la nación o comunidad. Puede oficializarse o quizá dar a la lengua una estatus oficial dentro de una nación aborigen o dar a la lengua aborigen un estatus válido y prioritario como lengua a ser enseñada en escuelas públicas o dentro de escuelas de esos mismos grupos. Mejorar el estatus de una lengua debe ir de la mano con la visión de formas prácticas en que esto puede lograrse.  

b) El planeamiento del corpus 
Se refiere al cambio planeado en la naturaleza de la lengua  misma. Puede tener que ver con la creación de nuevos vocabularios y su estandarización. A menudo también involucra la creación y estandarización de un sistema de escritura para la lengua en cuestión. 

Para el caso de las lenguas que están en peligro de extinción, los estudiosos del tema proponen ocho pasos de planeamiento lingüístico que pueden ayudar a resurgir a una lengua. Estos pasos son los siguientes: 

1.- Integrar la lengua al dominio de los servicios gubernamentales que estén en contacto directo con los ciudadanos.

2.- Integración de la lengua en el lugar de trabajo. Esto involucra traducción de documentos y la creación de oportunidades y ocasiones para integrar la lengua al lugar de trabajo.

3.- Reemplazo de la lengua dominante por la aborigen en la educación formal. Esto involucra programas de inmersión a la lengua y programas de inmersión bilingüe en los niveles más altos de escolaridad.

4.- Integrar la lengua al sistema de educación formal. Esto puede llevarse a cabo por medio de clases extras, escuelas de fin de semana y programas de enseñanza de segunda lengua.

5.- Promoción del uso de la lengua en la familia, el vecindario y la comunidad; si esta promoción es exitosa, incrementa el uso de la lengua en la vida diaria y en ocasiones públicas. Fishman dice que si esta etapa no se satisface, la recuperación de la lengua no se llevará a cabo. 

6.- Movilización de los ancianos, quienes todavía hablan bien la lengua. Se les incita a hablar con los más jóvenes, sus hijos y nietos, lo cual no siempre es una tarea fácil. También puede pedírseles que enseñen la lengua en un ambiente formal, dándoles las herramientas necesarias para llevar esto  a cabo.

7.- Reconstrucción de la lengua. Esto es, grabar y compilar todo el conocimiento de la lengua que sea posible.  Este paso demanda entrenamiento lingüístico, esto es, del apoyo de los lingüistas  y de muchas horas de trabajo, ya que requiere elaboración de una gramática, diccionario e inclusive de libros de enseñanza de esa lengua, lo cual a la vez involucra la elección del método más adecuado de instrucción. 

8.-Establecimiento de una autoridad lingüística que es un cuerpo que planea cosas como sistemas de escritura, adaptación de nuevos términos, decidir qué formas gramaticales y pronunciación serán consideradas correctas y apropiadas por los hablantes de la lengua, entre otras cosas. Esto también involucra a los medios en el reavivamiento de la lengua, esto es, la creación de radio y televisión en lenguas indígenas. 

Existen muy pocas historias de éxito al tratar de llevar a cabo este plan enorme y que requiere de un equipo interdisciplinario grande. Debido a esto, algunos planeadores del lenguaje, cuya opinión comparto, creen que muchas lenguas están imposibilitadas para sobrevivir. (Drapeau 1995; Rigsby 1987 apud Kavanagh 1999). El éxito de un trabajo de este tamaño depende tanto o más de los esfuerzos de los pueblos indígenas que del gobierno. 

Pero una educación bicultural y bilingüe no consiste solamente en editar libros educativos para todos los niveles formativos occidentales y enseñarlos a los llamados indígenas, involucra muchos otros aspectos que no han sido tomados en cuenta, y que por motivos de tiempo, no puedo detallar en este trabajo. Desde mi punto de vista, hay varias cosas que podrían hacerse:

1.- Ayudar a organizar a las comunidades indígenas para que sean ellos mismos los que impulsen la preservación de su lengua. Esto ahorraría tiempo a los lingüistas, ya que es más sencillo entrenar en lingüística a un profesional (recordemos que el 1% de los indígenas llegan a la universidad) e inclusive a un no profesional, que llegar a entender otra cosmovisión. Si estos dos equipos trabajan en conjunto, el tiempo a invertir puede reducirse.

2.- Crear conciencia en las personas involucradas en este problema (políticos, educadores, lingüistas, etnógrafos, sociólogos) de que no existe una solución unívoca. No se puede homogeneizar lo heterogéneo. No existen 60 lenguas indígenas en México, existen más de 300 y cualquier intento por crear libros de texto que “sirvan” a más de una comunidad es imponer una lengua y una cultura a otra; colonizar otra vez.

3.- Incentivar los dos caminos que han dado fruto: las emisoras de radio, (quizá un espacio televisivo) y el reforzamiento de la tradición oral, utilizando a los mayores como maestros de los menores.

4.- No priorizar la alfabetización escrita; pues dicha alfabetización requiere de mucho tiempo, el cual las lenguas con pocos hablantes fluidos ya no tienen. Priorizar el uso de la lengua para rescatar las que aún tengan esperanza de sobrevivir.

He hablado de las lenguas “que aún se pueden salvar”. ¿Por qué? Porque creo que no todas las lenguas de México sobrevivirán hasta que se llegue a la creación e implementación exitosa de una política del lenguaje. Esto llevará mucho tiempo ya que hay que tomar en cuenta la creación de alfabetos para las ágrafas, el grado de desarrollo social de cada una de ellas, los fenómenos sociales relacionados con las variables dialectales, etc. Hay lenguas con un mayor número de hablantes que tienen una visión positiva hacia la misma, las cuales tienen más posibilidad de sobrevivir. Pero si los hablantes tienen la idea de que su lengua es “menos” que otra, las medidas más importantes, como la de la tradición oral y la promoción del uso de la lengua en todos los ambientes, fracasará. 

Un ejemplo claro de lengua que cuenta con todos los medios, tanto formales, como tradición literaria, gramáticas, así como el interés de sus hablantes, es el zapoteco del Istmo. Esperemos que dicha lengua logre sortear los problemas que actualmente enfrenta, y que los zapotecas no sólo eviten la extinción del didxazá, sino que implementen políticas viables, propias y novedosas que sirvan de ejemplo a los demás pueblos de México.


Referencias 

Kavanagh, Barbara. 1999. The aboriginal Language Planning Workbook. En  www.fnesc.bc.ca/publications/pdf/language%20workbook2.pdf
Comrie, Matthews y Polinsky. 2003. The atlas of languages, revised edition. Londres: Quarto Publishing.
Garza Cuarón Beatriz y Lastra Yolanda. 1991. “Endangered languages in Mexico” en: Endagered Languages. Robins y Uhlenbeck, eds. Oxford/ New York: Berg
Guerrero Luis Gubidxa. 2008. “Juchitán y sus radiodifusoras comunitarias, o hacia la democratización de los medios de comunicación”, en Ra ñuo… ra tu’un nakeen yo (Nuestros pueblos… nuestros derechos), nº 1, Oaxaca, Agosto de 2008, pp. 18-21.

Sitios de internet:
Página Oficial del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas. (www.inali.gob.mx)
Página Oficial del Instituto Nacional Indigenista (www.ini.gob.mx)
Pagina oficial de la Universidad Pedagógica Nacional (www.upn.mx)
Plascencia, Carlos G. La voz de los indígenas en la radio. En: www.tulane.edu/~spanling/AmHist/Mexico.html



[Texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos, suplemento cultural del Comité Melendre, publicado en EL SUR, diario independiente del Istmo. Año I, N° 44, Dom 26/May/2013. Tomado de Guidxizá (Nación Zapoteca), Año VII, Núm 15, Octubre-Diciembre de 2010.]