El Niño Dios retorna

Andrés Henestrosa frente al mar. Foto.- Blanca Charolet
Andrés Henestrosa

El niño zapoteca puede saber, con sólo oír lo que cuentan los abuelos y las pilmamas, qué tiempos corren, qué fiestas se aproximan, si fiestas reales o fiestas de guardar. Las fiestas reales apenas dejan en su mente un tenue rastro que después los años, como una leve brisa, borran para siempre. Las fiestas de guardar, por el contrario, trabajan su fantasía, su capacidad mentirosa: los complica, les da alas. Y entonces cuentan fábulas sutiles, que el niño oye embelesado. Fábulas que aunque han caminado muy lejos dentro de ellos, un día regresan y vuelan hacia afuera. Entonces es llegado el momento de referirlas a los niños: el niño se ha vuelto abuelo.

El día que no murió Henestrosa

Andrés Henestrosa
*El avión donde viajaría se estrelló en un cerro

Juan Manuel López Alegría

De no ser por su gentileza al ceder su lugar en el avión a la esposa del gobernador Eduardo Vasconcelos, el escritor Andrés Henestrosa no sería hoy el más laureado de los literatos zapotecas, ya que el bimotor de Mexicana de Aviación que partió de Oaxaca a la Ciudad de México, se estrelló en el Pico del Fraile, cercano a Amecameca, en el Estado de México, falleciendo todos sus ocupantes. Era el lunes 26 de septiembre de 1949. 

Entre los restos calcinados se hallaban los de la actriz Blanca Estela Pavón, muy famosa por sus actuaciones en los filmes Nosotros los pobres y Ustedes los ricos  al lado de Pedro Infante. La diva había venido a Oaxaca con su compañía artística a una serie de presentaciones en el Teatro Alcalá (que también funcionaba como cine) y regresaba ese día al Distrito Federal en compañía de su padre. También fallecieron el senador Gabriel Ramos Millán y Salvador Toscano, del Instituto de Historia y Arqueología.