Un robot en el Centro Cultural Herón Ríos


Ricardo Ramos Sánchez

En pleno siglo XXI muchos niños de todas las edades, y adultos que no pierden la capacidad de asombro, no dejan de maravillarse por los avances tecnológicos que hay a nivel mundial. Entre las cosas que más causan asombro están los llamados robots, cuya etimología proviene de la palabra checa robota ('trabajo forzado') y rabota ('servidumbre').

La literatura y el llamado séptimo arte no han sido ajenos a la fascinación por los robots. Basta recordar la película de ciencia ficción Metrópolis en el año de 1927, o varios años antes (1921) cuando se estrena la obra teatral R.U.R. ('Robots Universales de Rossum') del dramaturgo checo Karel Capek, donde de hecho fue empleado por vez primera el término robot.

En tiempos más modernos películas y dibujos animados también hacen protagonistas a robots como en la Guerra de las Galaxias con los personajes C-3PO y R2-D2 o en los dibujos animados como WALL-E y Robots

Es de llamar la atención que estas singulares máquinas tengan el poder de atrapar nuestra atención y, sobre todo, imaginación.

El 12 de agosto de 2015 en el Centro Cultural Herón Ríos se presentó la profesora María Soledad Gómez López con un peculiar disfraz de robot, elaborado con materiales reciclados como cajas de cartón, tapas de botellas de plástico, cubiertas de contactos eléctricos y todo lo que pudiera conformar a tan ilustre personaje.

Los niños y la Directora del Centro Cultural Herón Ríos, Beatriz Morales Ruiz, no perdieron oportunidad de comenzar a imaginar e inventar otros mundos. Con el disfraz, los niños iban de un lado a otro imitando los movimientos característicos y habla que más conocemos de los robots. Desde entonces, todos quieren usarlo para darle nueva personalidad y seguir explorando las posibilidades de la imaginación.

Cosas tan sencillas como un disfraz de robot pueden hacer que los pequeños tengan momentos de alegría y, a su vez, potenciar el aspecto creador e imaginativo. Nuevamente gracias a la maestra Soledad Gómez por dar estímulos que benefician a nuestra niñez zapoteca.