Guillermo Marín Ruiz
Los graves problemas que aquejan al país, tienen una génesis estructural en la memoria histórica y la identidad. Porque, como personas, familias y pueblo “somos lo que recordamos”. El sistema colonial en el que vivimos, está justamente sustentado en que, el pueblo y todas y cada una de las personas, no sepan, en verdad, “de dónde vienen, quiénes son y a dónde van”.
El pueblo ha vagado ciego a tropezones en este infierno de injusticias llamado “Laberinto de la soledad”. El Estado necolonial, de ideología criolla, ha amalgamado una serie de mentiras y verdades a medias para crear su “historia oficial”. Nos dejan ignorantes y amnésicos. “Así nos quieren, así nos necesitan”.
El país de los criollos y para los criollos, indebidamente se llama México, porque ese nombre viene de mexica y no todos descendemos de ellos. Pero el problema es más grave.
La historia prehispánica de este país se basa en la supuesta historia de los mexicas. Estos fundaron Tenochtitlan en 1325, que fue destruida en 1521, es decir, tuvo una duración de 196 años. Mientras los toltecas tuvieron 1050 años de esplendor, o los zapotecas tardaron 1350 años en construir el Tollan de Daani Beedxe' (Monte Albán).
¿Cómo es posible que el último pueblo nómada en llegar al Valle de México, como cazador y recolector, sea el representante de la historia ancestral?
¿Por qué no son los mayas, zapotecos, mixtecos, nahuas-toltecas, purépechas, por citar algunas culturas que tienen una historia desde la invención del maíz y la milpa, por lo menos desde hace 3500 años? ¿Por qué, para cuestiones de identidad ancestral, son los mexicas, “la cultura elegida por la ideología criolla” para referirse al pasado “prehispánico de nuestra identidad cultural”? Aquí hay “gato encerrado.
Sabemos que la clase en el poder, desprecia e ignora la historia y cultura de los pueblos anahuacas. Para ellos, solo los griegos y romanos tienen significado y valor. Ya no sólo estudian en EE.UU., ahora se llevan a educar a sus hijos desde pequeños.
“La catedral del México prehispánico”, es decir, el Museo Nacional de Antropología e Historia, tiene en su sala principal a “los mexicas”; los toltecas, mayas y todo el sureste, ocupan un segundo y pequeño lugar.
¿Por qué tanta insistencia del Estado necolonial criollo en tergiversar la historia? Porque no quieren que el pueblo conozca “La Verdadera Historia del México Profundo”.
¿Por qué no quieren que el pueblo sepa que nuestros antepasados, miles de años antes de la invasión europea, inventaron el maíz, la milpa, el cero matemático, la primera calculadora o la cuenta perfecta del tiempo?
En los libros de texto de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en las televisoras más importantes, los mexicas se nos presentan como un gran imperio, dueños de todo el país, feroces guerreros, etc.
¿Por qué hacen creer al pueblo que todo su pasado “prehispánico” (antes de los españoles, o sea, de ellos), solo fueron los aztecas o mexicas? ¿Por qué no se le enseña al pueblo la Pirámide de desarrollo Tolteca?
¿Por qué, no se le informa que aquí en el Anáhuac, muchos siglos antes de la invasión se inventó el primer sistema de educación, obligatorio, público y gratuito de la humanidad?
¿Por qué, a los profesores en las Escuelas Normales, no se les enseña la Historia de la Educación Ancestral del Anáhuac. Su filosofía, pedagogía y didáctica tolteca?
¿Por qué, no se enseña en los sistemas de educación primaria, secundaria y bachillerato, los 9500 años de historia “propia-nuestra”, sin la presencia de los invasores europeos?
¿Por qué, el pueblo no sabe nada de la Toltecáyotl, tan antigua como el budismo, el hinduismo, el confusionismo, etc.? 'Por qué, China e India, si lo hacen con su pueblo y los que tienen el poder económico, político, cultural y educativo, no lo permiten en México?
¿Por qué, nos han educado en la ignorancia y en desconocimiento de lo mejor de nosotros mismos?¿Por qué, solo los aztecas o mexicas son el referente del pueblo? Mucha gente que “superficialmente” pretende llegar a su raíz, se queda solo en los 196 años de los mexicas o aztecas...
Mientras ignoremos la verdadera historia del México profundo seguiremos perdidos y desolados en el laberinto de la soledad. Ajenos a nuestra verdadera historia, huérfanos y “desmadrados”, incapaces e inseguros. “Así nos quieren, así nos necesitan”.
Pero como siempre, la historia de México, “el país de los criollos y para los criollos”, la escriben los vencedores. El nombre de aztecas se lo pusieron en el siglo XIX los extranjeros (para variar). Alexander von Humboldt (alemán) en su obra titulada Ensayo Político sobre el reino de la Nueva España escrito en 1811. Los llama "aztecas” por venir de Aztlán. Y William H. Prescott nombra a los mexicas como aztecas en su obra Historia de la Conquista de México en 1843, porque en inglés el nombre de mexica, se confundía con el de “mexican” en inglés.
El primer extranjero que escribió “mexica”, fue Cortés. Sin embargo, el primer “transformador” del verdadero nombre del pueblo que fundó Tenochtitlán fue Tlacaélel.
En efecto, el nombre verdadero del pueblo es Mextin, no mexica o azteca. Fernando Alva Ixtlilxóchitl, habla de ellos y dice que eran chichimecas que llegaron a Colhuacan y después migraron al islote que posteriormente se llamará Tenochtitlán y otra parte se fue a fundar un barrio de Texcoco, que actualmente se sigue llamado Mextim.
Debe recordarse que el cihuacóatl de tres tlatoanis de Tenochtitlán, cuando tenían un relativo y efímero poder, mandó destruir los antiguos códices, donde se documentaba la llegada de los mextin, como chichimecas nómadas, que no hablaban la lengua náhuatl, vestían pieles y comían carne y alimento que cazaban y recolectaban como semillas y frutos.
Mandó escribir “su gloriosa historia” y cambió el nombre de mextin por mexica, para desligarse de su pobre pasado. Se apropiaron de una ancestral historia de la famosa peregrinación. Historia fundacional de los primeros pobladores del Anáhuac.
La historia de los mexicas es falsa, la historia de la fundación de Tenochtitlán es falsa. Los mextin llegaron con Xólotl de las llanuras del norte, se asentaron en Colhuacan, que era una población muy antigua de estirpe tolteca. Tuvieron un problema, y una parte de los mextin se fueron a vivir al islote, que después llamarán Tenochtitlan, y la otra parte, se fue a vivir a Texcoco, donde ocuparan un barrio, que hoy se sigue llamado Mextin.
El pueblo de este país está totalmente engañado. Su verdadera historia ha sido secuestrada. Los miles de años de historia ancestral propia-nuestra se ocultaron por manos de Tlacaélel, los misioneros españoles, los anahuacas convexos, algunos historiadores y académicos, que, sin el menor sentido crítico siguen tomado los textos escritos en el siglo XVI, como “fuentes” fidedignas.
Somos los hijos de los hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad y con origen autónomo. Y, en general, casi no sabemos nada de los diez mil años de historia propia-nuestra. Lo poco que sabemos es de los “aztecas y mexicas”, que los españoles derrotaron con 500 hombres. Algunos “mexicanos” se aferran de manera fanática a sentirse “mexicas y feroces guerreros aztecas”.
Tocan la raíz, pero por encima. No profundizan, no investigan, no estudian. Se aferran al pasado oficial que el Estado necolonial criollo les ofrece. Cómodamente lo toman y lo vuelven una moda, un disfraz de fin de semana.
Descolonizar es dignificar.