En el expediente del siglo XVI del Archivo General de Indias (AGI), Escribanía 160b, relativo al cacicazgo de Tehuantepec, varios testimonios afirman que la esposa de Cocijoeza se llamaba Xilabela, y Quetzalcóatl. Uno es el nombre en tichazàa (zapoteco colonial) y otro en náuatl (el llamado náuatl clásico), pero ¿son sinónimos? Xila, al igual que Quetzal, puede traducirse al español como ‘pluma’, mientras que Bela y Cóatl pueden traducirse como ‘serpiente’. No obstante, en la lengua zapoteca la forma general de construir palabras consiste en poner en primer lugar el significado genérico seguido del significado específico. De modo que el sinónimo de Quetzalcóatl sería Belaxila, y no Xilabela. Es el mismo orden que aplica Gubidxa Guerrero cuando afirma que actualmente el término en diidxazá (zapoteco del Istmo) sería Beendaxhiaa.[1]
Ilustración: Manuel Cabrera |
Por otro lado, hay que tener en
cuenta que los datos de la historia oral, que era la forma predominante de
transmisión del conocimiento en la sociedad zapoteca de aquéllos años, a veces
presentan variaciones. Por ejemplo, en Tepeji de la Seda, Puebla, hay un caso
similar. Ahí, otra mujer de la nobleza naua del centro de México se casó con el
gobernante local varias décadas antes de la llegada de los españoles. Ella era
hija de Moctezuma Ilhuicamina, o Moctezuma el viejo, y se llamaba, según el
cronista Tezozomoc, Mazaxochitzin. Pero los testigos de la probanza en la que
se menciona a esta mujer dijeron que ella se llamaba Mazatzin y otros que
Matzasutzin. Además, en cuanto al nombre de su esposo, que Tezozomoc registró
como Tozancoztli, dijeron que era Xochitzin.[4]
Así pues, los nombres no siempre permanecieron intactos en la historia oral, y
a veces lo que más parecía importar era recordar las relaciones entre señoríos
que derivaban de estas alianzas. En el caso que nos ocupa, vemos que varios
testigos no pudieron recordar el nombre de la esposa de Cocijoeza y se
limitaron a subrayar que se trataba de una hermana de Moctezuma [Xocoyotzin, o
Moctezuma el joven]. Ahora bien, si tuviéramos la evidencia de otros cambios en
el orden de algunos nombres zapotecas podría fortalecerse la idea de que
Xilabela era en realidad Belaxila.
Finalmente, es importante señalar
la similitud entre la pareja Cocijoeza-Quetzalcóatl de Tehuantepec con la más
antigua pareja Cocijoeza-Quetzalcóatl de la genealogía de los gobernantes de
Zaachila que se representó en las láminas 33 a 35 del Códice Nuttall.[5]
Una de las dos esposas con que se representa ahí a Coquí 11-Agua Cocijoeza es Xonaxi 13-Serpiente Quetzalcóatl. ¿Por qué es significativo
esto? Porque en la sociedad zapoteca existía la costumbre de poner nombres
personales simbólicos (los nombres calendáricos no se podían manipular tan
fácilmente) a los gobernantes, en una especie de “asimilación” que buscaba
emular las características de los grandes señores y sus hazañas a través de la
adopción de su nombre. Es por eso que se ha documentado la existencia de varios
Cocijoezas en las regiones zapotecas del Valle y el Istmo durante las épocas
prehispánica tardía y colonial temprana. Todos buscaban la legitimidad de su
antecesor. Esto mismo redunda en que, en la historia oral se atribuyan a un
sólo personaje las hazañas o desventuras de otros que tenían el mismo nombre. ¿Es
posible que con el tiempo se haya adjudicado el nombre de Quetzalcóatl a la
esposa de Cocijoeza de Tehuantepec asimilándola con la esposa de Cocijoeza de
Zaachila? ¿Es decir, que su nombre original fuera distinto? Si así fuera
¿Xilabela sería la traducción de aquél nombre o nuevamente llegaríamos a la
pregunta de por qué no dijeron Belaxila? No tengo una respuesta contundente para
esto, pero aún cuando ella en efecto se llamara Quetzalcóatl, y se tratara de
una extraordinaria coincidencia, la similitud de una pareja con los mismos
nombres que otra es de notarse.
Todavía falta trabajar más este
tema. Nuevas líneas de explicación pueden examinarse atendiendo otros aspectos,
como los años en que fueron dados uno y otro nombre, correspondientes a los
interrogatorios de 1554 y 1571, o el
análisis de un nombre alternativo como es el de Quialexa, que un testigo
mencionó en 1554. Ojalá pronto podamos contar con la versión impresa de este
documento del AGI para que más estudiosos puedan trabajar con ella. Lo que sí
quisiera remarcar es que fue el nombre de Quetzalcóatl el que los mismos nobles
de Tehuantepec quisieron que pasara a la posteridad, y que por diversas razones
se fue perdiendo en los relatos y recopilaciones históricas de los siguientes
siglos. Es hora de darle el lugar que merece y, ya que podemos, hacer una
traducción a nuestras lenguas zapotecas actuales.
[1] Véase el artículo titulado “Coyolicatzin se llamaba Quetzalcóatl”.
[2] Thomas Smith-Stark et al, Versión electrónica del Vocabulario en lengva çapoteca (1578) de Juan de Córdova. Archivo en Word Perfect de 7.752 MB. México, Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, El Colegio de México. Las referencias correspondientes son: 68r, 146r, 207v, 325r, 216v.
[3] Ibídem: 73v, 102v, 211r, 220r, 178r.
[4] Michel Oudijk, “Don Gonzalo Mazatzin Moctezuma: Señor de Tepeji de la Seda”, en Michel Oudijk y Matthew Restall, La conquista indígena de Mesoamérica: El caso de don Gonzalo Mazatzin Moctezuma. Puebla, Secretaría de Cultura del Estado de Puebla,Universidad de las Américas, 2008, pp. 49-80.
[5] Michel Oudijk, “Una nueva historia zapoteca. La importancia de regresar a las fuentes primarias”, en Sebastián van Doesbourg (coord.), Pictografía y escritura alfabética en Oaxaca. Oaxaca, México, Fondo Editorial del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, pp. 89-116. La observación de esta similitud está en la p. 104.
Texto publicado en Guidxizá (Nación Zapoteca), Año VII, Núm 15, Octubre-Diciembre de 2010.