El Istmo de Tehuantepec en la Guerra de Independencia de México



Lejanos vemos los hechos de armas de 1810 en el pueblo de Dolores, cuando el cura Miguel Hidalgo y Costilla arengó a la población durante la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Lejanos en el tiempo y en la distancia.

Los habitantes del Istmo de Tehuantepec mantenemos viva nuestra historia oral. Las gestas de los antepasados se transmiten de generación en generación, de abuelos a nietos, de padres a hijos. Todavía resuenan los nombres de Máximo Ramón Ortiz, Remigio Toledo y Juana C. Romero, en Tehuantepec. De José Gregorio Meléndez, Albino Jiménez o el Licenciado Che Gómez se entonan hasta corridos en Juchitán. Sin embargo, poco recordamos sobre la participación de los pueblos istmeños en la Guerra de Independencia de Nueva España. Acaso algunas anécdotas sueltas.

Afortunadamente varios cronistas locales como Gilberto Orozco y Germán López Trujillo, de Juchitán; o Herón Ríos Núñez, de Ixtaltepec, recabaron información de ancianos que eran niños cuando la batalla del 5 de septiembre de 1866 y que, por tanto, de sus abuelos escucharon historias de cuando en 1813 el Capitán General Don José María Morelos y Pavón envió a la Provincia de Tehuantepec a Mariano Matamoros, otro independentista destacado, segundo al mando en el movimiento insurgente. Para mayor fortuna, historiadoras como Leticia Reina o Laura Machuca han profundizado en el pasado de la región, además de investigadores locales como Mario Mecott y Víctor de la Cruz. 

El período conocido como Guerra de Independencia tuvo una duración considerable. Once largos años sacudieron las estructuras políticas y económicas del poder español en esta región del continente americano. De 1810 a 1821 se sucedieron tres líderes insurgentes: los curas Miguel Hidalgo y José María Morelos —iniciador y continuador del movimiento, respectivamente—, así como Vicente Guerrero, quien consumó la Independencia junto con Agustín de Iturbide el 27 de septiembre de 1821.

José María Morelos
Después de la ejecución del cura Hidalgo, el liderazgo recayó en Morelos, también sacerdote, quien tomó por asalto Antequera, hoy Oaxaca de Juárez, el 25 de noviembre de 1812. Oaxaca fue para el Generalísimo la oportunidad de consolidar el movimiento independentista. Como ideólogo de un nuevo proyecto de Estado-Nación, soñaba con la independencia plena de Nueva España con respecto Madrid. 

Desde Oaxaca, Morelos imprimió El Correo Americano del Sur, órgano oficial de un gobierno americano independiente que funcionaba en parte de lo que había sido Nueva España. En Oaxaca también redactó los Sentimientos de la Nación, documento leído en la sesión de apertura del Congreso de Chilpancingo en septiembre de 1813.

Cuando Antequera capituló, muchas familias acomodadas, tropa, militares de alto rango, así como ministros de culto, entre ellos el Obispo Antonio Bergoza y Jordán, huyeron con rumbo al reino de Guatemala. Recordemos que el actual Estado de Chiapas pertenecía a dicha entidad.

A su paso por la región, los realistas fueron atajados en la zona de Juchitán; sus bienes, confiscados para hacérselos llegar a Morelos, a cuyas órdenes se pusieron a través de Antonio García Cano, primer enviado del líder insurgente a la provincia.
Mariano Matamoros

Felipe Santiago, gobernador indígena de Tehuantepec, así como Bartolomé Sánchez, gobernador de Juchitán, encabezaron las hostilidades contra los españoles. Como líderes de las milicias insurgentes se encontraban el tehuano Vicente Castillejos y el juchiteco José Gregorio Meléndez; cada uno en sus respectiva demarcación. Uno de treinta y cuatro años, mientras que el segundo rondaba su primera veintena.

Desde finales de 1812, tehuanos y juchitecos enviaron a Morelos cacao, sal, grana, añil, sebo y alhajas. Existen informes de la presencia de Vicente Guerrero en la región durante esos meses. 

Simultáneamente se organizó en Guatemala una expedición de setecientos realistas bajo las órdenes de Manuel Dambrine, ejército que atravesó la frontera y atacó el poblado de Niltepec el 25 de febrero de 1813. 

Después de tomar Juchitán, Ixtaltepec y otras localidades, los realistas atacaron y capturaron la Villa de Guadalcázar, como se conocía a Tehuantepec, el 30 de marzo de 1813, causando 112 muertos, entre insurgentes de los barrios y pueblos circunvecinos, así como algunos prisioneros. El episodio fue bautizado como Batalla de Nisarindani ('Manantial' en lengua zapoteca) por parte del jefe realista, debido al paraje donde se combatió.

Ante la gravedad de la situación, Morelos comisionó al mismísimo Mariano Matamoros, su brazo derecho y uno de los militares insurgentes más hábiles, que llegó a la región a principios de abril de 1813, reorganizando las reservas insurgentes de los barrios tehuanos y pueblos aledaños. Por la proximidad de Matamoros, el ejército enviado desde Guatemala se retira de la villa, siendo hostilizado a lo largo del trayecto por las milicias locales.

Tres semanas después de la derrota en Tehuantepec, la causa independentista logró una hazaña militar en las cercanías de Tonalá, al otro lado de la línea divisoria, entre el Virreinato de Nueva España y la Capitanía de Guatemala, cuando el 19 de abril Matamoros y los pueblos del Istmo derrotaron contundentemente al ejército comandado por Dambrine. Este episodio le valió a Mariano Matamoros el nombramiento como Teniente General de los ejércitos americanos.

El profesor Germán López Trujillo revela un detalle recopilado de la tradición oral con respecto la Batalla de Tonalá: "Cuentan las crónicas que José Gregorio Meléndez rogó a Matamoros que en este asalto incluyera al contingente de juchitecos que él comandaba, a lo que el general Matamoros accedió con gusto. Cuando los juchitecos entraron en acción, no hubo obstáculos que les impidieran cumplir con su misión, con destreza de lobos ascendieron la altura entre las peñas, habiendo sido los primeros que cargaran briosamente". En dicho capítulo de la guerra de independencia también combatieron los insurgentes tehuanos, entre quienes se destacaba Vicente Castillejos. 

Firma de José Gregorio Meléndez
Desafortunadamente, durante la huida de Dambrine, "luego que se vieron perdidos no tuvieron otro desahogo que disparar sus fusiles contra los prisioneros que sin delito alguno habían cogido en Tehuantepec, de manera que unos murieron, otros resultaron muy mal heridos, y algunos tuvieron la fortuna de escapar", según se lee en el Parte militar de la toma de Tehuantepec del señor mariscal de campo don Mariano Matamoros, al excelentísimo señor general del sur, José María Morelos, redactado el 8 de mayo desde Tehuantepec, publicado en el Correo Americano del Sur el jueves 17 de junio de 1813. 

A propósito de la participación de los pueblos de la región, Matamoros también reportó a Morelos que "los tehuantepecanos cuyo porte ha dejado lleno de satisfacción y creo deberlo recomendar a V. E. para que se sepa que en esta villa puede contar con muy buenos patriotas". Además de reconocer la valía de los varones, Matamoros celebró que "las inditas del país iban diariamente a esperar que habriesen las puertas de los hospitales, para alimentar, medicinar y socorrer a los enfermos insurgentes". 

A José Gregorio Meléndez, Matamoros "lo proclamó públicamente jefe de las reservas insurgentes en Juchitán", según recopiló Germán López Trujillo; mientras que Laura Machuca Gallegos refiere que el tehuano Vicente Castillejos "recibió de Morelos la administración de rentas unidas de Tehuantepec". 

La Provincia de Tehuantepec se mantuvo independiente de España hasta mayo de 1814, en que fue recapturada la ciudad de Oaxaca por el Ejército Realista procedente del centro del país, mientras que Tehuantepec fue ocupada nuevamente por tropas de Guatemala bajo las órdenes de Manuel Dambrine.

Los pueblos de Tehuantepec y Juchitán, Castillejos y Meléndez, fueron determinantes en las victorias insurgentes de 1812 y 1813 en el sureste de lo que fue Nueva España. El papel de la Provincia de Tehuantepec para la causa independentista era vital, puesto que el comercio del reino de Guatemala transitaba necesariamente por la zona de camino al puerto de Veracruz. Quien dominaba esta ruta, controlaba los impuestos aduanales, así como el comercio de sal y otros recursos estratégicos, como el añil y la grana. 

Para los pueblos del antiguo reino de Tehuantepec, la independencia de 1812 a 1814 no fue inédita. Recordemos que el 22 de marzo de 1660 Tehuantepec fue epicentro del gran levantamiento indígena que sumó a Nejapa, Villa Alta e Ixtepeji, en la que hasta nombraron como Rey a un descendiente de los últimos Señores de Tehuantepec y se mantuvieron autónomos por más de un año. Las razones para ambos levantamientos fueron las mismas: las cargas impositivas y los abusos de los representantes del poder español. 

Tanto Castillejos como Meléndez sobrevivieron a la Guerra de Independencia. El rastro de Vicente Castillejos se pierde en los años treinta del siglo diecinueve. José Gregorio Meléndez consolidó su liderazgo al frente de sus valientes paisanos que lo continuaron designando jefe indiscutible de todas las rebeliones durante los siguientes cuarenta años en que Juchitán y otros pueblos de la antigua Provincia de Tehuantepec defendieron con las armas en la mano su derecho a ser auténticamente libres y autónomos; oponiéndose a los nuevos amos de México, herederos de la tradición colonialista que se comporta con los pueblos nativos como un ente ocupante.

Después de Meléndez vinieron otros —tanto en Juchitán como en Tehuantepec y el barrio de San Blas, que en 1868 se separó de su cabecera por diferencias políticas—, tales como Máximo Ramón Ortiz, Cristóbal Salinas, José Pedro Gallegos, el padre Miguel López, Francisco Cortés y Albino Jiménez.

La Guerra de Independiente fue un episodio más de las luchas por la autonomía del antiguo reino de Tehuantepec, La Revolución de Ayutla, la Guerra de Reforma, la Intervención Francesa, la Revolución y Postrevolución son otros capítulos de la Historia General de México en que las mujeres y hombres del Istmo de Tehuantepec han tenido participación destacada, luchando siempre por defender su territorio y su elemental derecho a la autodeterminación. Que no se nos olvide.


Sábado 16 de septiembre de 2023
213 aniversario del inicio de la Guerra de Independencia
04:40 de la mañana. 



En memoria de José María Morelos y Mariano Matamoros. 

En memoria de Vicente Castillejos, José Gregorio Meléndez y todos los pueblos zapotecas, zoques, chontales y huaves que se sumaron a la causa independentista en el Istmo de Tehuantepec.

En memoria de Miguel Hidalgo y Vicente Guerrero.




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