Samantha Martínez Maya
Viene el hombre de maíz
De maíz el hombre y la mujer
que curten la piel del suelo a pasos de coa
plasmando el tiempo de flores sobre su pecho
Cosechas de temporal entre las montañas
Los ojos de agua de la mixteca
Noches de ermitas grillos y lechuzas
Tierra y cielo
Sol y luna
El águila que dejó su pluma
sobre el camastro de la redonda choza
Se anunciaba así el tiempo del movimiento
de andar bajo el azul del cielo
Manto de algodón sideral tus nubes
Miradas que nos llevan a tocar un poco las estrellas
Viajaste lejos
Hombre entre tus hombres
que conocen de distancias largas y caminos sinuosos
Andando por fuera las montañas
Saliendo de las barrancas
Afianzando las raíces en las ciudades frías
Caracol de lluvia
en mis oídos se ha quedado tu canto
aguardiente de profundas voces
Mezcal de sabor pitahaya roja
Lleno tu corazón está de semillas
Fertilidad del tiempo nos hace uno mismo
No te extrañes si esta boca
busca en ti el abrevadero
si mis manos vuelven a limpiar tu savia
y vuelvo a buscar en tus huesos
los secretos milenarios
Es tu alma que transpira
riqueza verdeazul tu origen
Ni enredadera
ni ave de paso
ni hongo que te carcoma
ni termita que te debilite
Esta danza no termina
porque es el juego del movimiento estar vivo
porque la vida en ti es lo que tengo
Aunque las voces estancadas
arranquen la esperanza
ya no hay miedo en el camino
la tierra aún canta
en los últimos espasmos de tu piel ocre-dorada
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Texto publicado en la Revista Guidxizá (Nación Zapoteca), publicación cultural del Comité Melendre, Año XX, Número 18, Mayo de 2024. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.