Proclama del excelentísimo señor don Mariano Matamoros,
teniente general de los ejércitos americanos,
y segundo del excelentísimo señor capitán general del Sud,
don José María Morelos
de la victoria en Tonalá*
A LOS HABITANTES DE OAXACA
Imagen tomada de México Desconocido |
La derrota espantosa que la división de mi mando hizo en las tropas del gobierno de Guatemala mandadas por el teniente coronel Dambrine, en la raya de ambos reinos, pedía por su misma naturaleza que se recobrase en esta ciudad de las fatigas y cansancio producidos por marchas forzadas y en climas muy rudos e ingratos. Consultando menos a mi quebrantada salud que al alivio de mis soldados, resolví permanecer en esta ciudad debiendo haber marchado desde entonces a ocupar los puntos que me tenía señalados el excelentísimo señor general. Confieso que en ella he recibido un hospedaje digno de la generosidad de los oaxaqueños y del carácter dulce que los recomienda entre todos los pueblos de América; y precisado a retirarme para fortificar los lugares de preciso tránsito para el enemigo, en el caso de que intente sojuzgar esta provincia, no puedo menos de hacerlo enternecido y penetrado de gratitud hacia sus moradores; pero esta misma virtud exige que recomiende, a todos y a cada uno de ellos, la paz, la concordia y una incesante acción de gracias al Dios de nuestros padres, porque los ha librado de las garras de sus enemigos proporcionándoles el bien de la libertad de que carecen muchos pueblos de la América y por el que claman su intermisión.
Sí oaxaqueños, vosotros sois objetos muy preciosos a los ojos del Eterno, y su diestra se abre blanda para colmaros de beneficios, al mismo tiempo que pesa sobre la desgraciada México afligida por la tiranía y por una peste desoladora; vosotros veis la protección y vigilancia del cielo que se interesa en consolaros y protegeros, y así, aquietaos si nuestra ausencia os produce sobresaltos. Queda para vuestra seguridad una guarnición numerosa y unos magistrados vigilantísimos para preservaros de las asechanzas del enemigo; nosotros no hacemos más que abandonar la recámara de esta bella casa, para situarnos en las puertas y entradas de ella; que intente, sí, que intente nuestro adversario sorprenderos, y ya le veréis llorar su temeridad en las cuestas y ríos impenetrables de San Antonio y las Vueltas, destinados desde ahora para su sepulcro.
Oaxaqueños: recibid las expresiones de nuestro corazón deseosísimo de vuestra dicha; dejadnos, dejadnos ir a fijar los destinos de la felicidad perdurable de la América; vamos a plantar con nuestras manos la viña y el olivo bajo el cual descansaréis algún día con vuestros hijos, y a cuya apacible sombra diréis enternecidos a las prendas preciosas de vuestro corazón.... ¡Ah! Matamoros contribuyó, amados míos con sus fatigas a que ahora os estrechásemos en nuestros brazos diciendo... sois sin contradicción, libres, felices e independientes. Oaxaca, agosto 10 de 1813.— Mariano Matamoros. **
______________________
*Correo Americano del Sur, XXV, jueves 12 de agosto de 1813, p. 197-199.
**Tomado de Expedición militar a Tehuantepec y Tonalá de Mariano Matamoros contra fuerzas realistas de Guatemala. 1813. Partes militares publicados en el Correo Americano del Sur. Selección Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva. 2011